El museo municipal podría contar en su reapertura con un importante reclamo: un espacio dedicado a la exposición de grabados de Pablo Picasso. Los trámites para hacerlo posible se pusieron en marcha hace meses y continúan adelante, según ha confirmado el concejal de Cultura, Santiago Pavón, especialmente empeñado en sacar adelante la propuesta. "Tengo mucho interés", declaró esta semana a EL PERIODICO. Y es que la reforma de la Sala Municipal de Exposición Permanente no solo será física, también de contenidos, ya que se ha diseñado un nuevo criterio museístico para reordenar los fondos y enriquecerlos tanto con los posibles trabajos de Picasso como con el archivo de Marchena, la colección más importante de fotografías antiguas de Cáceres.

Los grabados del artista malagueño estarían en la planta superior, e inicialmente la intención es que vayan rotando de modo que no siempre se expongan los mismos. Pavón no quiere precisar mucho más hasta que no se confirme si el proyecto será posible, ya que los fondos pertenecen a la colección Mocaral, un conjunto de 417 obras artísticas cedidas durante quince años al ayuntamiento por Javier García Martín, un ingeniero de Caminos que recopila estos contenidos desde hace dos décadas.

Los grabados de Picasso forman parte de una amplia colección pictórica de 271 obras, además de esculturas, fotografías y obras gráficas, con trabajos del Grupo El Paso, Miró, Tapies, Miguel Barceló, Matisse, Warhol o Roberto Matta, además de firmas del arte extremeño.

En cuanto a las fotografías de Marchena, ahora custodiadas en el Archivo Municipal, se proyectarán en una sala tecnológica de la primera planta del museo. Esta amplísima colección retrata cientos de momentos y detalles del último siglo y medio de la capital cacereña --la vida, las costumbres, los personajes y los actos acaecidos desde la segunda mitad del XIX hasta finales del XX--, ya que engloba 5.000 imágenes propias de Juan Ramón Marchena y de otros autores que él quiso conservar.

La temática seguida por Marchena abarca 18 secciones que permiten hacer un seguimiento del desarrollo de la ciudad, por ejemplo la fotografía que recoge la colocación de la primera piedra del ayuntamiento en 1867, la entrada de las tropas nacionales en la plaza en julio de 1936, o lugares ya perdidos como el parador del Carmen o los cines Norba y Astoria.

Además, la planta primera del recinto acogerá fondos similares a los actuales --elementos que recrean la historia y las costumbres de la ciudad--, enriquecidos en algunos casos con iconografía. En cambio, en este espacio se suprimirán las dependencias con facsímiles de pergaminos, cuyos originales pasarán en adelante a la planta baja, donde un ala albergará un contenido permanente de alto valor histórico y elevadas exigencias de conservación: los fondos de pergaminos medievales de los que el consistorio cacereño es propietario.

Distribución cuidada

Aunque se han saneado y suprimido las humedades hasta donde ha sido posible (el recinto se enclava en pleno desnivel entre los adarves y la plaza de Publio Hurtado), las salas anexas al patio se reservarán para fondos que son menos alterables por la humedad, como la actual colección de maquinaria de la planta primera, formada esencialmente por elementos metálicos y similares.