Esta acusado de abusar sexualmente de una mujer disminuida, en la casa de esta y tras agredir y amenazar a su madre, una mujer de 83 años, sorda y con sus capacidades de visión y movilidad limitadas. Ocurrió el 22 de junio pasado y desde el día siguiente el acusado, José Manuel T. M., de 32 años y al que le consta una condena anterior por un delito de daños y ahora se enfrenta a 20 años de prisión, está en prisión provisional.

Por los hechos que próximamente le llevarán a juicio, ante la Audiencia Provincial de Cáceres, el fiscal le acusa de un delito de agresión sexual con acceso carnal y sobre víctima especialmente vulnerable, por el que solicita una pena de 15 años de prisión; un delito de lesiones, por el que pide 3 años de prisión; un delito de amenazas, por el que solicita 2 años; un delito de daños, por el que solicita se le imponga una multa de 4.380 euros; y una falta de lesiones por la que pide multa de 186 euros.

Solicita asimismo que indemnice a su víctima con 20.950 euros, y con 600 a su madre.

José Manuel T. está acusado de acceder a la vivienda de sus víctimas, en Valencia de Alcántara, en la madrugada del 22 de junio del 2006, aprovechando que estaban durmiendo y tras fracturar el cristal de la puerta de entrada. Ya en su interior, "con intención de aprovecharse sexualmente de la hija, apartó a su madre de un empujón, causándole una herida en la pierna derecha, contusión en el brazo derecho y herida en la oreja derecha". Asimismo, y para evitar que auxiliara a su hija o pidiera ayuda a alguna otra persona, "la advirtió que si gritaba o salía de la casa la mataría, provocando en ella el temor a sufrir, ella o su hija, un daño aún mayor".

LA AGRESION Tras agredir y amenazar a la madre, el acusado se dirigió a la hija, "la empujó, golpeándose contra el suelo, la obligó a desnudarse, la tiró sobre la cama y la penetró vaginalmente, impidiéndole la huida con su propio peso, además de taparle la boca".

Por la fuerza empleada por el acusado para vencer la resistencia de su víctima, esta sufrió lesiones de defensa, como erosiones en la nariz, en el mentón, en la mucosa labial superior e inferior, en el tórax y en el codo izquierdo, así como el arrancamiento del incisivo inferior.

El fiscal hace constar, al mismo tiempo, que durante todo el tiempo que duró la agresión sexual el acusado advirtió reiteradamente a su víctima, "que sufre por estos hechos ciertas secuelas", y a la madre de ésta, que las mataría si pedían ayuda.