Un total de 33 años de prisión es la pena que el Ministerio Fiscal solicita para el dueño y dos camareros de un bar de la ciudad que fueron detenidos en febrero del año pasado acusados de tráfico de drogas y que el próximo lunes serán juzgados en la Audiencia Provincial.

A cada uno de los acusados, cuyos nombres responden a las iniciales J. M. L. P., J. C. P. M. y A. V. L., se le imputa un delito contra la salud pública, venta de drogas de las que causan grave daño a la salud, por el que el fiscal solicita para cada uno de ellos 11 años de prisión. "Se solicita tan elevada condena debido a que el delito del que se acusa a los tres procesados tiene el agravante de que la venta de drogas se producía en un establecimiento público", indicaron a EL PERIODICO fuentes judiciales.

Al camarero J. C. P. M. se le imputa además un delito de tenencia de armas prohibidas, ya que en el momento de la detención la policía incautó en el local una pistola que al parecer se ha demostrado que era de su propiedad. Por este delito el fiscal solicita para él una pena de 2 años de prisión, por lo que este procesado se enfrenta a un total de 13 años de cárcel.

ACTUACION POLICIAL El caso que el lunes llega a juicio se derivó de una investigación policial llevada a cabo a lo largo del mes de febrero del pasado año.

Ante la sospecha de que en el bar Kuky, situado en la calle Uruguay, se podía estar traficando con drogas, la policía inició una labor de seguimiento y vigilancia del local y sus empleados.

Tras varios días de investigación, el 20 de febrero del 2004 los agentes que realizaban el servicio de vigilancia en las proximidades del local abordaron a uno de los camareros cuando salía del bar y le cachearon, interviniéndole 8 gramos de cocaína. Poco después detuvieron al segundo camarero cuando se disponía a entrar en el local, incautándole a éste en el cacheo tres gramos de hachís.

Posteriormente, sobre la una de la tarde, con la oportuna orden judicial, los agentes procedieron a la entrada y registro del local. En el mismo se intervino, además de una pistola, diferente material del que se utiliza para la preparación de dosis de droga, como una balanza, papelinas, tijeras..., entre otros objetos.

Fueron detenidos y acusados tanto los dos camareros, a los que se sorprendió con la droga en su poder, como al propietario del local, "ya que, aunque no se le intervino droga, por el material incautado en su interior parece demostrado que conocía la actividad de tráfico de drogas que se realizada en el mismo, al ser él el máximo responsable".

Estos hechos, concluye el fiscal en sus conclusiones provisionales, son constitutivos de un delito contra la salud pública, agravado por tratarse de un establecimiento público, del que considera autores a los tres acusados; así como de un delito de tenencia ilícita de armas prohibidas, del que se considera autor al camarero J. C. P. M., al parecer propietario de la pistola intervenida.

Por ellos, los tres procesados se enfrentan a elevadas condenas de prisión, además de a multas de diferentes cuantías.