Victorino Torres entró la mañana del 22 de abril en la sala de Hemodiálisis del San Pedro de Alcántara. Ese día, como hacía desde hace 5 meses, le tocaba conectarse a la máquina. Su mujer, Emilia Puertas, esperaba fuera. Pero su marido no salió, falleció allí. Ya ha pasado más de un mes y ella y sus 4 hijos siguen sin creerse lo que sucedió, pero es que además no entienden cómo todavía nadie de ese servicio les ha explicado qué fue lo que ocurrió. El colectivo Defensor del Paciente ha recogido su caso y ayer envió un escrito a la fiscalía para que investigue qué pasó en éste y en, como dice la asociación en su escrito, otros casos similares "que se han podido producir".

A Emilia y a sus hijos Víctor Emilio, José, Irene y Montaña les sorprendió ayer que lo ocurrido con su padre se hiciera público. Fue el colectivo Defensor del Paciente el que al mediodía había informado de que se había dirigido al fiscal. El Servicio Extremeño de Salud comentó a este diario que a día de ayer no se había recibido ninguna denuncia por este caso.

Emilia y sus hijos confirmaron ayer que, efectivamente, no han presentado denuncia. Por el momento lo único que han hecho es acudir al colectivo en busca de asesoramiento de cara a la cita que tienen el día 29, que es cuando esperan que la unidad de Hemodiálisis les dé una explicación de qué pasó esa mañana. No descartan denunciar los hechos ante la administración o ir al juzgado si tras ese encuentro no tienen la explicación de por qué Victorino Torres falleció.

Irene Torres comentó que a raíz de lo ocurrido con su padre han sabido de otros casos, pero afirmó que hay que ser prudentes, ya que ellos solo pueden hablar de lo que le pasó a su padre y se puede crear "un alarmismo" cuando son muchos los pacientes que van todos los días a Hemodiálisis, por lo que la familia se limitó ayer, sin que quisieran que se les hicieran fotografías, a hablar de la situación por la que pasan desde el 22 de abril.

Irene y Montaña Torres recordaban ayer a su padre como una persona que, a pesar de su enfermedad, era "activo, cazaba, pescaba...". Fue el pasado 4 de diciembre cuando, después de una revisión, empezó con la hemodiálisis. Victorino, de 62 años, era gruista y se había jubilado en agosto. Hace unos dos meses sufrió una infección en los pulmones, "algo común en los enfermos renales", precisaron sus hijas. Le trataron con corticoides, que le causaron una subida de azúcar, Victorino era diabético, y el 2 de abril ingresó en el servicio de Urgencias, permaneciendo ingresado para controlarle hasta el mismo día 22. Esa mañana el nefrólogo que le atendió de la infección le dio el alta, recuerdan sus hijas, pero antes de regresar a Arroyo, donde residía, pasó por la unidad de Hemodiálisis, de donde no salió.

"Esa mañana le dijo al nefrólogo que se encontraba bien, tenía el alta, y que tenía ganas de venir a casa para estar con sus nietos", comentaba ayer su mujer. "Entró --en Hemodiálisis-- con su pie, estaba bien, pero no sabemos qué ocurrió allí", añadió.

EXPLICACION La familia recuerda que, tanto esa mañana como unos días después, fue el nefrólogo el que les informó y les indicó que sufrió una hipotensión, "debido a una ultra filtración, debieron sacarle más líquido del debido, intentaron reanimarle con suero, pero no reaccionó, no tenía líquido y le dio una isquemia", comentó Irene. La familia lo que pretende es que sea el servicio de Hemodiálisis, donde ocurrieron los hechos, el que les informe. "Todos queremos saber qué pasó allí dentro". "No es solo la pérdida de un padre, sino también la impotencia de no saber por qué, si esa mañana estaba tan bien, falleció", comentaron Irene y Montaña.