Seis de cada diez cacereños (56%) cogen el coche a diario, por los tres (34%) que se mueven a pie y solo uno (9,6%) que se decanta por el transporte público, según recoge el Plan de Movilidad Urbana Sostenible (PIMUS). Una predilección por el turismo que ha elevado la cantidad de vehículos en la ciudad durante la última década, pasando de 70.000 a cerca de 90.000. Todo ello, unido a la peatonalización de San Pedro de Alcántara y al cierre temporal de la avenida Primo de Rivera debido a la obra del párking subterráneo, hace que la circulación por la capital cacereña no resulte tan fluida como debiera.

Al flujo diario de las principales vías de la ciudad como la circunvalación de la N-630, con una media de 23.000 vehículos, la avenida de Alemania (20.300 vehículos), la avenida de Hernán Cortés (19.000 vehículos) o el eje Vadillo-Fuente Rocha-Miralrío (18.700), hay que sumarle el tráfico que se deriva de San Pedro de Alcántara y Primo de Rivera, dos de las conexiones principales que enlazaban con el centro, cuyo acceso ha quedado limitado a Gil Cordero, Virgen de la Montaña, Alfonso IX, Reyes Huertas y avenida de Alemania.

POR ESCRITO En ese sentido, y ya que la previsión de la reapertura al tráfico de Primo de Rivera no se contempla como mínimo hasta mayo, la Agrupación Vecinal, presidida por David Barcenilla, ha solicitado reunirse con el jefe de la policía local para tratar de buscar alternativas al volumen de tráfico en el centro. "No nos acaba de recibir y no entendemos muy bien por qué. Lo pedimos por escrito hace ya dos meses explicándole que queremos abordar temas viales de varias asociaciones vecinales que nos lo reclaman", aseguró ayer Barcenilla.

Esta reunión se solicitó después de que el colectivo vecinal apuntara ya varias propuestas para agilizar el tráfico en el centro, como la apertura temporal de San Pedro de Alcántara o la revisión de los dos carriles habilitados en Virgen de Guadalupe, que no tienen cabida para dos coches a la vez incluso tras la supresión de las plazas de aparcamiento. "Creemos que a lo mejor no se ha tomado ninguna medida porque es inviable pero el problema es que tampoco nos lo han explicado", añadió.

Los ciudadanos, entretanto, se quejan de que los cortes de ambas calles han generado unas retenciones que en hora punta se hacen demasiado pesadas. "Cojo el coche para todo. Vivo en el Residencial Universidad y ahora tardo de media unos 10 minutos más que antes de las obras y de la peatonalización. A veces tengo que atravesar la ronda Norte entera para ir al gimnasio", apuntó ayer Pablo Nieto, conductor habitual.

Con su misma opinión coincidió también Verónica Sánchez, para quien lo peor es el acceso por la rotonda de San Francisco. "En Camino Llano, debido a la parada del autobús, a veces se forman colas que llegan hasta mi barrio. Tienes que salir 15 minutos antes de casa ahora porque sino no vas a llegar a tiempo con las retenciones".