Los miembros de un clan de la droga fueron condenados ayer a penas que van de los dos a los tres años y cinco meses de prisión por tráfico de estupefacientes. La Audiencia juzgó a cuatro de sus cinco miembros, ya que esta última persona falleció antes de la celebración de la vista, por lo que queda absuelta de todos los delitos que se le imputaban.

La condena se llevó a cabo tras alcanzar un acuerdo entre los acusados y el Ministerio Fiscal. Sin embargo después las defensas anunciaron su intención de solicitar la suspensión de las penas alegando que se trata de personas drogadictas. A partir de ahora se abrirá una ejecutoria donde se va a pedir que no se les aplique la privación de libertad, sobre la que deberá pronunciarse la sala. La decisión se tomará según un informe del forense, que determinará si han tenido tratamiento, si están medicándose o si han superado la drogradicción.

La investigación comenzó precisamente ante la sospecha de que la acusada fallecida estaba dedicándose a la venta de estupefacientes en la localidad de Casar de Cáceres, debido a que en su domicilio se detectó un tránsito inusual y la afluencia de una cantidad de personas consumidoras habituales de drogas.

TELÉFONOS INTERVENIDOS / Como consecuencia de ello se acordó la intervención de su teléfono. A través de las escuchas se dedujo además que la acusada estaba intentando introducir estas sustancias en el centro penitenciario de Cáceres, en el que cumplía condena su pareja. Este le enviaba dinero desde la cárcel para que ella le consiguiera la droga. Una de las veces se intervino a la acusada a la entrada de la prisión dos bellotas de resina de hachís, 20 pastillas de tranquimazin y 49 de tranxilium. Intentaba introducir las sustancias en la cárcel ocultas en dos envoltorios que llevaba escondidos en su vagina.

Esta acusada, según dice el Fiscal en su escrito de acusación, tenía suministradores, entre ellos A. B. C., también investigado. Este último tenía montada una perfecta estructura de negocio para vender las sustancias. D. N. H. se encargaba de almacenar la droga en su domicilio y las distribuía junto a otro de los acusados, L. B. R. Ambos le compraban la droga al primero y la vendían. Estos también compraban sustancias para después venderlas a A. R. C., también investigado en esta causa. Éste se dedicaba además a labores de cobro de impago derivados del tráfico de drogas.

DROGA INCAUTADA / En los registros realizados en los domicilios de los acusados se encontró cocaína, anfetaminas, marihuana, cannabis y MDMA, además de utensilios para cortar la droga y dos pistolas detonadoras. La Audiencia condena a A. R. C. a tres años y cinco meses de prisión, a D. N. H. a tres años, a A. B. C. a tres años y tres meses y a L. B. R. a dos años de cárcel. Las multas que deben pagar ascienden a 4.223 euros. El pago de este dinero también podría suspenderse si se declaran insolventes y su abono sería sustituido por pena privativa de libertad, según indicó ayer el abogado de dos de los investigados, Ángel Luis Aparicio.

De momento los acusados no ingresarán en prisión a la espera de que la Audiencia se pronuncie sobre la suspensión o no de las condenas interpuestas ayer a los cuatro imputados.