Viajar es como amar, es un intento de transformar un sueño en realidad, salir de la costa, adentrarte en el océano, acumular momentos... Eso es lo que desde semana y media hacen Sito Marín y Bella Hsieh cuando salieron de Chiclana con la intención de llegar a Taiwán para casarse. Ayer ese viaje les trajo a Cáceres, donde hicieron parada. Como compañía, sus mochilas, algo de dinero, pero sobre todo la ayuda de la gente, que les da comida o alojamiento, hacen autostop y así recorren una ciudad tras otra.

Si ayer fue Cáceres, hoy será Toledo, después Madrid, Barcelona, París, Suiza, Austria, Rumanía, Turquía, Kazajistán, donde embarcarán rumbo a Taiwán. Todo para demostrar que el ser humano tiene muchas ataduras para viajar y pone muchos impedimentos sobre el dinero, "y siempre tenemos recursos, a veces nos ponemos fronteras y barreras. No necesitamos nada para viajar y vivir nuevas experiencias", relata Sito Marín, con su eterna sonrisa mientras Bella mira de reojo y le acaricia la oreja.

La pareja se conoció hace cuatro meses en El Sideral, un bar del Madrid de Malasaña, él (de Chiclana) estudiando Arte Dramático y ella (de Taiwán) Relaciones Internacionales porque quiere ser embajadora. Rápidamente se dieron cuenta de lo que tenían en común. Y vinieron los teléfonos, el café, luego el vino, hasta que empezaron a ser novios. Sito tiene 25 y Bella 22, pero no es pronto para casarse: "Después de tantas experiencias que habremos vivido no necesitaremos nada más para saber que estamos hechos el uno para el otro", dice Sito seguro de sí.

Su historia la cuentan a diario en Facebook, en su página Wedding Diary, que ayer lucía una estampa de la pareja en la ciudad monumental como foto de portada. Ellos editan sus vídeos, colocan sus titulares, y todo lo hacen a través de un dispositivo telefónico solo para desterrar el mito de que viajar es caro. Viven con pasión ese momento en el que dejas de tener una fantasía sobre un viaje para hacerlo realidad. Un día vendieron en el rastro lo que les sobraba, sacaron algo de dinero, se quedaron solo con ellos mismos. El improvisó su traje de novio con una pajarita que encontró por 60 céntimos y la camisa de cuando fue camarero, ella cosió el suyo. Entonces salieron a la calle. Ayer se hospedaron en casa de Jesús Amarilla, hermano de Flor, que fue compañera de piso de Bella. Disfrutaron de Cáceres y viajaron, viajaron no para escapar de la vida sino para que la vida no se les escape.

Posdata: "Me voy a Taiwán, ya volveré..."