TCtigüeñas apagadas de vuelo encendido son las de Nacho Lobato. Cigüeñas que aletean y dejan las huellas de sus vuelos sobre la luz de su oscuro trasiego. Que ocupan un ignoto crepúsculo, de fascinante luminosidad, creado por el artista a base de papel fotográfico salpicado por estelas de pintura negra y veladuras de plata que se restriegan sobre el soporte para emitir ese sugestivo centelleo metálico. Digamos que el pintor ha cocinado la esencia plástica de su obra sobre fragmentos de fotografías en blanco y negro y papel de plata pegados, posteriormente manipulados con materiales diversos hasta conseguir un acabado totalmente pictórico, muy rico en tonos y texturas.

Son cigüeñas que nos incitan a una búsqueda narrativa en un territorio donde sólo ellas pueden existir. Pájaros algunas veces insinuados, otras inusitados, etéreos, para los que el artista ha creado un cielo y una tierra en los que la caligrafía poética, tanto impresa como pensable, tiene una cabida importante. En algunos casos, como en el políptico titulado Cigüeñas que me hacen mirar al cielo y verte , encontramos unas bellas secuencias protagonizadas por cigüeñas poéticamente vivas y extraordinariamente primitivas, habitantes de ese particular mundo que Nacho Lobato inventa para ellas a base de luces de nebulosas y sombras difusas que simulan la apariencia de viejos fotogramas de cinematografía.

Igual ocurre en el tríptico titulado Esfumato , donde encontramos cigüeñas sugeridas bajo un cielo tajado por oscuras cicatrices, cosa que el artista plasma en muchas de sus composiciones, quizá con el propósito de marcar simbólicamente algo imposible de conseguir en la realidad: limitaciones territoriales en el cielo.

Pero podemos ver otras obras más cromáticas, incluso con una ligera tendencia al pop-art, realizadas a base de metacrilato e impresión fotográfica en colores vivos, de las que el autor se vale para hablarnos del hombre. Descubrimos al artista conceptual a través de su instalación titulada Equilibristas , con la que nos invita a una inmersión reflexiva sobre los conceptos equilibrio-desequilibrio, mostrándonos cuatro acróbatas liliputienses suspendidos dentro de tubos de metacrilato: el hombre busca su equilibrio emocional aislándose del mundo quizá por miedo al desequilibrio emocional que el mundo le produce. Una exposición verdaderamente interesante la de Nacho Lobato.

*Sala de Arte El Brocense. Hasta el día 12 de Febrero de 2009.