"De conformidad con lo previsto en el Real Decreto de 27 de mayo de 1912, el ministro de Justicia, Rafael Catalá, en nombre de Su Majestad el Rey Felipe VI ha tenido a bien disponer que, previo pago del impuesto correspondiente, se expida, sin perjuicio de tercero de mejor derecho, Real Carta de Sucesión en el título de Duque de Valencia, con Grandeza de España, a favor de Abigail Narváez Rodríguez-Arias, tras el fallecimiento el pasado mes de octubre de su padre, Juan Narváez, hasta entonces duque de Valencia".

Así reza el Boletín Oficial del Estado, fechado en Madrid el 17 de marzo de 2016, que acredita la condición de la conocida pintora cacereña Abigail Narváez como nueva duquesa de Valencia, al ser la primera en la línea de sucesión tras el fallecimiento el pasado mes de octubre de su padre, Juan Narváez Díaz, que ostentó el título después de que su hermana renunciara a él.

Abigail Narváez es licenciada en Publicidad y Ciencias del Deporte, fue docente en varios colegios de la capital cacereña y junto a la pintura, el deporte es otra de sus grandes pasiones (de hecho sigue ostentando el récord de salto con pértiga en Extremadura). Pasó su infancia y primera juventud en Madrid, hasta los 24 años, en que regresó a Cáceres, la ciudad donde nació en 1972. Hija de Juan Narváez y Matilde María Paloma Rodríguez-Arias Espinosa, que procedían de Ceclavín y Alcántara, Abigail Narváez Rodríguez-Arias es octava duquesa de Valencia y segunda marquesa de Cartago.

El pasado

Los orígenes de la duquesa de Valencia hay que buscarlos en Ramón María Narváez y Campos, primer duque de Valencia (Loja, 5 de agosto de 1800-Madrid, 23 de abril de 1868), que fue un militar y político español, siete veces presidente del Consejo de Ministros de España entre 1844 y 1868. Conocido como El Espadón de Loja, su carrera militar comenzó en el regimiento de Guardia Valona en 1815. Al alcanzar la mayoría de edad Isabel II en 1844, fue nombrado presidente del gobierno, ejerciendo de árbitro entre el marqués de Viluma, ministro de Estado, partidario de una carta otorgada, y de los ministros de Gobernación y Hacienda, el marqués de Pidal y Alejandro Mon, respectivamente, partidarios de refomar a través de las Cortes la Constitución del 37.

Finalmente se inclinó del lado de estos últimos, convirtiéndose en uno de los impulsores de la Constitución de 1845. El 18 de noviembre de 1845, Isabel II premia su lealtad concediéndole el Ducado de Valencia con Grandeza de España. La llegada de los Narváez a Cáceres se produce tras su unión con los Pérez de Guzmán el Bueno. Ante este pasado histórico tan destacado, Abigail Narváez no lo duda: "Ser duquesa supone saber de dónde vengo, conocer el papel fundamental de mis antepasados en la historia de España. Eso es lo importante de recibir un título que les concedieron a ellos pero que me ha llegado a mí".

La también marquesa de Cartago tuvo entre sus antepasados a un virrey de Cuba, su abuela acumulaba títulos nobiliarios, pero ella, nómada, urbanita y yeyé, no pierde su cercanía, su pasión por pintar camiones y retratar animales. Inquieta, nunca se ha sentido atada a nada y ha elegido libremente la vida que quiere vivir. Probablemente por eso recibir el título no ha cambiado su concepto fundamental de la vida: "La calidad de las personas va exenta de los títulos. Valoro a las personas por cómo son, por su honestidad, lealtad, que son realmente los valores importantes", confiesa esta cacereña, que ya es oficialmente Grande de España.