La vida de los 266 papas que ha habido desde el siglo I puede ser objeto de estudio por sus decisiones, sus escritos, sus nombramientos, su estilo…y por las canonizaciones que ha han llevado a cabo en sus mandatos, y de esto ha habido de todo, como no podía ser de otra manera.

En medio del desarrollo del Sínodo de la Amazonia, el domingo pasado el Papa Francisco ha declarado santo/as a cinco personas. Esta mirada semanal quiere deciros algo sobre los mismos. Son cuatro mujeres y un hombre.

Giuseppina Vannini (1859). Fundadora de las Hijas de San Camilo, dedicadas al cuidado de los enfermos. La principal herencia que la fundadora dejará a sus hermanas es la pura y simple asistencia física y espiritual de los enfermos, ejercida a domicilio o en los centros de salud, en los hospitales de leprosos y hogares de ancianos, en centros de rehabilitación así como en tierras de misión. Justo como Jesús quería.

Mariam Thresa Mankidiyan (1876). Originaria del estado indio de Kerala, consigue, aunque con mucha dificuldad, fundar la Congregación de la Sagrada Familia de Thissur, dedicada al cuidado de los pobres, los marginados y las familias en dificultades. Es una monja que, como más tarde hará la Madre Teresa de Calcuta, vive heroicamente en India la caridad activa a través de la asistencia a los pobres, los enfermos, los ancianos y, en general, a las personas en apuros.

Margarita Bays, (1815) la Santa de lo cotidiano. La nueva Santa es una laica suiza, terciaria franciscana, que eligió como camino para alcanzar al Señor la cotidianeidad de la familia, negándose siempre a entrar en una orden religiosa. Visitaba a los enfermos, cuidaba a los pobres, a todas las personas que, en su opinión, eran las «favoritas de Dios» por ser indefensas.

Cardenal Henry Newman (1801), apóstol de la Verdad. Primer santo inglés en los últimos cuarenta años. Alguien ha dicho de él «ha sido capaz de defender sin acusar, de disentir sin faltar al respeto y sobre todo, por la forma en que ha podido ver las diferencias como lugares de encuentro y no de exclusión».

Dulce Lopes Pontes (1914), santa dulce de los pobres. Candidata al Premio Nobel de la Paz en 1988. Se hizo religiosa para realizar «pequeños actos de amor» a ejemplo de Santa Teresita del Niño Jesús. Lleva a práctica el lema «Amar y servir». El ejemplo que nos marcan es el camino, no hay otro.H

*Párroco de San Blas