La reducción del número de tarjetas de acceso a la parte antigua tiene que ir necesariamente acompañada de un plan de ordenación de los aparcamientos, "porque de nada vale que entren menos coches si al final acaban aparcando delante de un palacio o una iglesia". Así lo afirman los miembros de la junta vecinal de la Ciudad Monumental, que llevan años reivindicándolo y que pronto verán la solución. Y es que el nuevo proyecto para crear y delimitar estacionamientos fijos en la parte antigua está a punto de ver la luz, después de un año de estudios y trámites.

El plan establecerá claramente dónde se puede aparcar y, por tanto, dónde no. Inicialmente la policía local, que junto con los técnicos municipales ha sido la encargada de determinar los espacios más adecuados (con menor impacto visual), tenía previsto señalizar estas plazas de algún modo discreto, por ejemplo con un pequeño punto negro sobre el pavimento. También se barajaba la posibilidad de asignar una plaza, siempre la misma, a cada residente con tarjeta, para que todo quedase perfectamente ordenado, pero el asunto resulta muy complejo.

Todos estos aspectos se desvelarán en breve. El estudio de los aparcamientos fue remitido en su día al proyecto Intramuros, pilar de la candidatura de Cáceres 2016, que lo incorporará al Plan de Movilidad Global, a su vez integrado en el Plan Director de Intervención del Centro Histórico. Una vez ultimado, se entregará al concejal de Movilidad Urbana, Carlos Jurado. "Será a mediados de noviembre", explicó a este diario el consejero delegado de Cáceres 2016 en Intramuros, Felipe Vela. Por su parte, Jurado afirma que el proyecto se abordará en comisión "para debatirlo, dar luz verde y ejecutarlo en cuanto los trámites nos lo permitan", y dejar así zanjada la ordenación del recinto.

"Los residentes necesitamos saber dónde podemos aparcar, también hay que establecer zonas de carga y descarga hasta cierta hora", subraya la junta vecinal, que ha mantenido un encuentro con el ayuntamiento para conocer la adecuación del número de tarjetas, en el que ha insistido en la necesidad de ordenar los aparcamientos. En este sentido sería crucial el proyecto del párking robotizado en el huerto del convento de Santa Clara con 137 plazas (necesitaría ser aprobado por el Plan Especial de la zona antigua), o la habilitación de espacios como la plazuela del barrio de San Antonio, según proponen los propios vecinos.