La Comisión Municipal de Urbanismo dictaminó ayer a favor de que puede construirse un aparcamiento en la planta baja del edificio ocupado por la histórica ferretería Morato, que cerró a principios del 2005 tras más de 42 años abierta al público.

Tras el estudio de esta alegación al nuevo Plan General Municipal (PGM), la comisión desestimó que en este inmueble, situado en el número 2 de la calle Gil Cordero, pudieran levantarse más alturas. Los trabajos de la comisión, a la que aún resta el análisis de otras 20 alegaciones, no se reanudarán hasta la primera semana de septiembre.

En la reunión también se abordó la situación de las cuatro canteras existentes en la ciudad --áridos Sevilla, áridos Gallego, Núñez y Olleta--. El ayuntamiento planteó ayer su legalización, aunque se requiere previamente un informe de impacto ambiental que debe ser emitido por la Junta de Extremadura "para que exista esa compatibilidad de uso del nuevo plan con las canteras".

La comisión también decidió admitir la alegación de los vecinos de un inmueble de la calle Alvaro López Núñez por la que se le excluye de cualquier actuación en el nuevo plan urbanística. Esta misma situación se repetirá con otras viviendas de la calle Peñaredonda, en la zona de la plaza de Antonio Canales.

Asimismo, se estimó la alegación de los vecinos del polígono del Vivero para que no se pueda construir un centro de ocio y se dio luz verde a la construcción de una residencia de mayores en la calle Batalla del Salado, junto a la parroquia de San José y las pistas polideportivas.