Una treintena de voluntarios de Natura 2000 sembraron ayer un centenar de encinas y otras tantas bellotas, en terrenos municipales de la zona más alta de La Sierrilla, al inicio de la cañada real ‘Cáceres-El Casar’. La zona sufrió un incendio en 2017 que deforestó un par de hectáreas, donde permanecen los esqueletos de los árboles.