No se puede hacer nada por la empresa", sentenciaron ayer los trabajadores de Waechtersbach. "Sólo queremos que se abra un proceso claro y transparente que nos permita recibir lo que se nos debe, después de tres años de lucha, de ser los máximos perjudicados. Nuestra relación con el empresario se ha basado en una mentira constante. Nos sentimos engañados". Con esta crudeza se expresaron los representantes sindicales de los 90 empleados en el lunes más triste que recuerda la fábrica de cerámicas (tercera mayor industria de Cáceres). La plantilla tiró ayer finalmente la toalla después de soportar un expediente de suspensión de pagos y dos quiebras en poco más de 3 años.

La última fue solicitada el pasado 30 de septiembre por el propio empresario, Alejandro Rodríguez Carmona. Tomó las riendas de la fábrica hace justo tres años para sacarla de la crisis, pero la deuda ha seguido aumentando, los recortes laborales se han sucedido y la búsqueda de nuevos mercados por medio mundo no parece haber tenido el éxito esperado. En su expediente, Carmona reclama directamente la liquidación de esta industria, abierta hace 30 años en Las Capellanías como filial de una matriz alemana. El juzgado ya ha nombrado tres administradores que supervisarán la empresa y velarán por el proceso.

De hecho, la nueva administración concursal tendrá que elaborar un informe en un plazo aproximado de dos meses sobre la situación de insolvencia de la fábrica, las causas, la deuda (acumulada principalmente con Hacienda, Seguridad Social y la plantilla), el inventario de bienes y la lista de acreedores, y además deberá aprobar o no los pasos que dé Carmona. Tras esta fase, el propio concursado (Carmona) podría optar por dos caminos: un nuevo convenio para reflotar la fábrica o su liquidación, pero el empresario ya ha pedido de entrada este último proceso y nadie confía en lo contrario.

"ESTAMOS SOLOS" "¿Quién va a venir a levantar la planta? Estamos solos, ni siquiera ha regresado Carmona desde septiembre, salvo hoy, pero se ha vuelto a marchar, y el director también se fue hace meses" desveló ayer el comité de empresa. No obstante, la plantilla seguirá trabajando en octubre "porque hay pedidos y queremos cobrar la nómina. Después... ¿cuándo y cómo acabará esto? Esperamos que los administradores nos lo aclaren".

Además de un panorama laboral desolador, los 90 trabajadores aún deben percibir alrededor de 1.000 euros cada uno de la primera deuda y otros 1.500 euros por varios conceptos: extra de marzo y Navidad, un retraso del convenio y una sentencia ganada por incentivos. "Carmona nunca nos ha informado de nada, nunca hemos creído en él ni en sus propósitos de reflotar la fábrica. Nos ha tomado el pelo, no ha invertido en maquinaria nueva ni tampoco hemos recuperado el 20% del salario que perdimos", denuncia el comité.

"Parece que no hay posibilidades de continuidad después de tres años de lucha. Si no hay vida, no hay esperanza, aunque aún tenemos que aguardar a entrevistarnos con los administradores", declaró ayer el secretario regional de la Federación del Metal de UGT, Miguel Angel Rubio. "Ahora intentaremos que todo se haga de la forma más ordenada posible para los trabajadores", agregó, lamentando el alto porcentaje de operarios mayores de 50 años y discapacitados que existe en la plantilla.

Por su parte, Carmona se reunió ayer con los administradores, pero no hablará "hasta que todo esté más avanzado", dijo.