El buen tiempo ha sido el mejor aliado de Play! Cáceres, otro de tantos festivales en el panorama nacional que, al igual que las bicicletas, se resisten a aparcar tras el verano, la época más idónea para que se celebren este tipo de eventos musicales. Con sede en esta ciudad candidata a la capitalidad cultural europea del 2016, un presupuesto desorbitado y, por ende, superfluo e inoportuno, y una más que cuestionable selección de artistas del mainstream (cultura principal), seguimos apostando por el caballo ganador sin mirar al subsuelo musical que, con el tiempo, va ganando en nuevos y fieles adeptos que ya dejaron de ser una minoría y siguen predicando por la buena fe musical.

Un emplazamiento de ensueño, la plaza Mayor, para un público despierto que debía apresurarse a llegar a las primeras filas para contemplar un espectáculo de garantías. En el otro escenario, el sonido permanecía encajonado en un diminuto foro por donde desfilaban muchas bandas extremeñas que tanto ansiaban una oportunidad de tal envergadura.

Esta primera edición de Play! debe tener su continuidad durante todo el año aprovechando las numerosas salas de conciertos locales. Esta convocatoria que hemos estrenado este mes no puede, en ningún caso, reemplazar al Womad, un festival de opuesta filosofía y hegemonía. Play! Cáceres debe ser a partir de ahora el certamen en el que jueguen todos los que desean que la capitalidad cultural europea sea una realidad. Con este objetivo, defiendo que el público ha de ser quien elija a los artistas. No estaría nada mal tomar ejemplo del Festival Actual en Logroño o del Festival Internacional de las Artes de Castilla y León con sede en Salamanca, que ya fue Capital Europea de la Cultura en el 2002.

* Crítico de 'Mondosonoro'.