La década empezó con una decepción para la ciudad: en septiembre de 2010 Cáceres se quedaba fuera de la carrera para ser Capital Cultural Europea en el año 2016, un proyecto en el que se llevaba años trabajando. Se quedó fuera en la primera ronda, pese a que era una de las principales candidatas y ser, junto a Córdoba, la que más tiempo llevaba trabajando. Pero al menos esa iniciativa dejó la reforma de la plaza Mayor, muy criticada en su momento y que aún no se ha pagado en su totalidad. Ha sido una rehabilitación que ha transformado la antesala de la ciudad monumental. Se inauguró en abril de 2011 y ha acercado a los cacereños al centro.

En este periodo también se produjo un relevo al frente de el Periódico EXTREMADURA. Miguel Angel Muñoz sustituyó a Antonio Tinoco en la dirección en septiembre de 2012.

En junio de 2010, unos meses antes de la desilusión que supuso el 'no' al 2016, se abría el museo de Helga de Alvear en la calle Pizarro. Un nuevo espacio artístico en la Casa Grande que pone a Cáceres en el mapa cultural nacional. Menos de un año después, en el mes de marzo de 2011, se inauguró otra de las reformas más polémicas y que más se han prolongado: el edificio Embarcadero, el antiguo almacén del poblado minero que una década antes se había decidido rehabilitar para convertirlo en un polo de desarrollo e innovación en una de las zonas más deprimidas de la ciudad, el barrio de Aldea Moret.

Ese 2011 también fue el año de la declaración de la Semana Santa de Cáceres como de Interés Turístico Internacional. La imaginería, la parte antigua y la participación fueron claves para un título que potencia uno de los acontencimientos que se celebran en la época en la que la ciudad recibe más turistas.

En 2001 se abrió la incógnita de la continuidad en las instalaciones de la base militar de Santa Ana de un centro de formación de soldados. Una interrogante que aún no se ha cerrado. En 2012 se vivió uno de los momentos más críticos, cuando el Ministerio de Defensa comunicó a los responsables del campamento que se había decidido el cierre temporal del Centro de Enseñanza y Formación de Tropa (Cefot). Dos de los motivos que incidieron en esta decisión fueron los ajustes presupuestarios y la reducción del número máximo de efectivos de tropa. Nuevos alumnos para formarse como soldados llegaron el pasado octubre a la base después de un año y medio, aunque esto no acaba de despejar las dudas sobre el futuro de la base.