Pese a la intensa polémica que generó la reforma de la plaza Mayor, los hosteleros observan como día tras día los ciudadanos frecuentan de nuevo este espacio para disfrutarlo y sentarse en sus terrazas. El sector, que además se encuentra en primera línea para recibir al turismo de Cáceres, está inmerso en un proceso de renovación también azuzado por la crisis. Ofertas combinadas, nuevos métodos de captación de clientes, promociones, cocina de ideas o la calidad como bandera son algunas de las estrategias que los propietarios de los restaurantes y bares de la plaza utilizan para ofertarse.

Pero también existe un problema derivado de estas tácticas de captación de clientes llevadas a cabo por los hosteleros. Surgen discrepancias por el uso de relaciones públicas o por la distribución de flyer (publicidad) fuera de la zona del local, hecho que ha sido incluso tratado por la Junta del Gobierno Local, pues existe un sistema de regulación de la publicidad, pero no está claro, y por ello el ayuntamiento ha pedido a la Secretaría un informe que despeje las dudas, con el fin de concretar una respuesta: una posible prohibición, estipulación de unos horarios para el reparto de publicidad, o si se permite la total libertad en esta práctica. Los locales increpados por tales tácticas afirman que de momento las han parado. Estas y otras artes son las que hacen de la plaza un tablero de ajedrez donde quedar en tablas parece imposible.

Dentro de las quejas que se pueden oír en la plaza por parte de los propios hosteleros, respecto a dicha competencia, la que más suena está relacionada con el "acoso" que sufre el turista y el ciudadano por parte de los relaciones públicas. Como defienden algunos profesionales, el público necesita libertad para poder elegir el local sin que le condicionen. Además, aseguran que ciertos establecimientos llega a "robar" los clientes a otros cuando ya han decidido sentarse en una terraza, ofreciendo precios muy bajos o algún extra. Algunos hosteleros buscan ya un acuerdo.