Hubo tiempo en el que los plenos tenían más de treinta puntos en su orden del día y en el que los asuntos ordinarios dictaminados días antes en las comisiones informativas se debatían. Los plenos, órganos que cuentan con la participación de todos los concejales y que son públicos, se están poco a poco vaciando de contenido. Hasta las mociones contienen acuerdos que en la práctica no son ejecutivos, al final son solo declaraciones de buenas intenciones.

La sesión de ayer duró más de tres horas y media, con sesenta minutos hubiese bastado. De los dictámenes de los expedientes que habían pasado antes por las comisiones informativas se vio la cuenta general con la liquidación del ejercicio de 2019 y la modificación del presupuesto para tener más crédito con el que afrontar el déficit del autobús. En estos asuntos se tardó menos de media hora.

El debate lo acapararon las mociones. En una de ellas se insta al Gobierno a la derogación parcial de la Ley de Seguridad Social por discriminar a las parejas de hecho. Está bien, pero se votó sobre una materia que no es competencia municipal. En otra se acuerda el desarrollo de un plan para la reactivación de Cáceres con la participación de personalidades, investigadores, colegios profesionales..., una buena idea a la que es imposible negarse pero que se aprobó sin un calendario para que pueda ser efectiva. Y en una tercera se aprobó la elaboración de un plan de sombras para adaptar los espacios infantiles a la época estival y al progresivo aumento de las temperaturas, otra iniciativa a la que nadie se puede negar, pero se acordó sin un programa que garantice su financiación y en qué áreas se actuará antes.

Son mociones institucionales, la mayoría con contenidos tan generales que al final no comprometen y que solo quedan reflejadas en las actas del pleno, que poco a poco se está convirtiendo en un órgano en el que solo se aprueban mociones que no se llevan a la práctica en unas sesiones eternas y poco eficaces. Los plenos deben llenarlos asuntos tratados antes en comisiones y su debate y mociones con proposiciones concretas y avaladas con informes que garanticen su ejecución y que realmente sean un medio de enmendar y fiscalizar al gobierno.