Blas Piñar fue nombrado hijo adoptivo de Cáceres como director del Instituto de Cultura Hispánica. Hoy sigue siendo un fiel baluarte de la derecha más recalcitrante y antidemocrática. Esa ideología motivó hace un año la petición de Izquierda Unida para que el ayuntamiento le retirara el título honorífico de la ciudad, aunque la demanda no prosperó en el seno municipal.

Otra de las sombras del listado de hijos predilectos y adoptivos de la ciudad la protagoniza el propio caudillo Francisco Franco. El general fue nombrado hijo predilecto de Cáceres (sin haber nacido en la ciudad) el 30 de septiembre de 1936 a propuesta del alcalde Luciano López por acuerdo del pleno, pero no aparece ni en la sala del museo ni se sabe si se hizo efectivo el título.