Los agentes de la Patrulla Verde tienen indicaciones muy claras de identificar a los propietarios de los perros potencialmente peligrosos y comprobar que llevan todo en regla (correa y collar a medida, bozal, inscripción en el censo municipal...). Estos policías locales afirman que se percibe un aumento, especialmente de Rod Wailer, Pit Bull o Stanford. "Realizamos controles exhaustivos y en cuanto observamos un perro de este tipo procedemos a identificar al dueño", explican. Suelen llevar todo en regla, pero en caso contrario la ordenanza establece multas de hasta 3.000 euros.