La policía local tuvo que acudir el pasado sábado al colegio San Antonio en auxilio de una pareja de árbitros ante el peligro de que fueran agredidos, tras la suspensión del encuentro del trofeo diputación que enfrentaba a los equipos Francesco y Miajadas.

Según explicó ayer Iván Ramos, uno de los colegiados, los jugadores del equipo local les esperaron a la salida del pabellón para insultarles y amenazarles con "romperles el coche". A pesar del apoyo de los jugadores miajadeños, Ramos explicó que prefirieron solicitar protección a la policía y retirarse de nuevo a los vestuarios.

Anteriormente, el encuentro fue interrumpido a siete minutos del final por decisión de los árbitros con el marcador a favor de los locales: "La tomaron con Inés Rojo, la otra colegiada. Tiene menos experiencia y lo pagaron con ella porque la veían más débil", dijo.

El colegiado aseguró que ambos temieron por su integridad física en un momento del encuentro cuando un jugador se abalanzó contra ellos y tuvieron que sujetarle sus compañeros.

Por su parte, Manuel Márquez, responsable del equipo Francesco, restó importancia a lo sucedido aunque reconoció que estuvieron "increpando" a los colegiados tras el partido. Sin embargo, negó que estuvieran presentes cuando la policía local acudió al pabellón. "La chica estuvo provocándonos durante todo el partido", subrayó.