Cerca de 250 sanciones, la mayoría de ellas por exceso de velocidad, ha tramitado la Policía Local durante los meses de junio y julio, periodo en el que el radar móvil ha funcionado con regularidad. El jefe de la Unidad Operativa de la Policía Local, Jorge García, concretó a EL PERIODICO que cada vez que actúa el radar se pilla in fraganti a una media de 12 conductores, pero reconoció también que este nuevo sistema de control del tráfico no está siendo del todo efectivo.

"Con el uso del radar estamos consiguiendo frenar los excesos de velocidad en la ciudad, pues poco a poco la gente se está mentalizando de que funciona de forma asidua y sus efectos empiezan a apreciarse, pero la verdad es que aún se siguen viendo auténticas barbaridades, aún son muchos los que siguen circulando a demasiada velocidad, quizás porque no acaban de creerse que hay un radar móvil en la ciudad".

Como se recordará, este nuevo sistema de control de las infracciones en materia de tráfico y excesos de velocidad se puso en marcha el 23 de enero pasado, siendo suspendido después de tres semanas de funcionamiento, durante las cuales se impusieron un total de 63 denuncias.

Tras llevar a cabo la exigida revisión del aparato y la instalación de la correspondiente señalización en todas las entradas a la ciudad, el radar móvil volvió a las calles a finales del mes de mayo. Se trata de un vehículo camuflado apoyado por una dotación, bien de dos motoristas o de otro vehículo policial.

Actúa, sobre todo, en lugares de especial peligro tanto para peatones como para otros vehículos, como en las proximidades de colegios o residencias de ancianos, y en zonas donde la velocidad puede suponer una mayor situación de riesgo, como la avenida de Hernán Cortés.

SANCIONES

Aunque la velocidad máxima autorizada en el casco urbano es de 50 kilómetros por hora, Jorge García explicó que las sanciones no se imponen hasta no superarse los 61 kilómetros. A partir de esta velocidad, los conductores que sean sorprendidos por el radar a velocidades de entre 62 y 94 kilómetros serán multados con entre 140 y 300 euros y la posibilidad de retirada del carnet de conducir por un periodo máximo de tres meses; y en aquellos casos en que la infracción sea muy grave, considerada así cuando se superan los 95 kilómetros por hora, la multa económica es de entre 380 y 520 euros y la suspensión, siempre, del permiso de conducir por tres meses.

La tramitación del expediente sancionador correspondiente al radar móvil es competencia de la unidad de sanciones de la Policía Local y los servicios administrativos del ayuntamiento. El pago de las multas se hace en la propia Jefatura de la Policía Local, pero en el caso de la retirada del carnet, "aunque se tramita también por la policía, una vez que la resolución es firme se remite a la Jefatura Provincial de Tráfico para que ésta, que es la que tiene la competencia, proceda a suspender el permiso".

Para el subinspector Jorge García "es muy necesario" que los conductores se mentalicen del peligro que implica circular por el casco urbano a más velocidad de la permitida, "como prueba el hecho de que en Cáceres se producen atropellos prácticamente a diario". Señaló que el servicio del radar "no tiene un afán recaudatorio, sino el fin de concienciar al ciudadano de la situación de peligro que encierra el exceso de velocidad", pero advirtió, al mismo tiempo, que el radar es una realidad, "está funcionado, se está multando y se están retirando permisos de conducir".