La Policía Local está realizando redadas en las salas de apuestas de la ciudad para vigilar que a ellas no acceden menores y que cumplen con la normativa. Hasta el momento se han inspeccionado seis de las catorce que hay abiertas en la ciudad y no se ha multado a ninguna. De la operación se encarga el Grupo Especial de Seguridad (GES), con agentes que entran en los locales vestidos de paisano. Una vez en el interior observan los movimientos y después proceden a solicitar la identificación de las personas que se encuentran dentro, para comprobar que son mayores de edad. También se controla que no haya adultos que ejerzan de mediadores para apostar por menores de edad, que no se fuma en su interior y que cumplen con los horarios de cierre.

Esta fue una de las medidas que anunció el ayuntamiento para ejercer un control sobre estos salones de juego, ante la preocupación que existe en diferentes sectores de la ciudad por la proliferación de los mismos y por el aumento de jóvenes con problemas de adicción al juego. Según un informe elaborado por el Consejo Local de la Juventud de Cáceres el 25,54% de los jóvenes ha realizado, al menos una vez, apuestas deportivas tanto en estos locales como a través de internet. Aunque, según este estudio, los cacereños prefieren apostar en estas casas: el 52% de los que juegan lo hace en los locales frente al 25% que lo hace on line.

La Asociación Cacereña de Jugadores de Azar en Rehabilitación (Acajer) aplaude la medida. «La iniciativa es magnífica, es una manera de ejercer un control sobre estas salas», indica el secretario del colectivo, Javier Ponce de León. La asociación se reunió con el jefe de la Policía Local para pedirle precisamente que se vigilara a estos negocios. «Nos dijeron que iban a estar pendientes, lo están cumpliendo», señala. Y advierte que el hecho de que no se haya multado a ninguno no significa que todos cumplan, por lo que solicita que esa vigilancia continúe.

El principal problema de estos salones de juego es que la mayor parte de ellos se encuentran situados a escasos metros de los centros escolares. En este sentido la Junta de Extremadura aprobó en el mes de febrero una nueva ley que impide abrir estos establecimientos a menos de 300 metros de colegios, institutos y centros universitarios. El problema es que no tiene carácter retroactivo, es decir, no afecta a los que ya están abiertos en las ciudades. Y en la capital cacereña esto no soluciona el problema, ya que la mayor parte de las que ya existen se ubican a menos de esa distancia.

Además, según esta norma, deben respetar una distancia de 250 metros entre sí. Esto en Cáceres tampoco se cumple. Se da por ejemplo en las salas ubicadas en Juan XXIII y en Gil Cordero, a una distancia muy inferior a la que establece la legislación. A esto se suma, además, que las dos se encuentran muy cerca de un colegio (Las Josefinas), en cuyo radio tiene otro salón más, situado en el centro deportivo de El Perú.

Para Acajer lo positivo es que la administración comience a tomar conciencia del problema, aunque no es suficiente. Consideran que prestan demasiada atención a la prevención cuando también deberían realizar actuaciones de rehabilitación. «Se pueden hacer muchas campañas que pueden parar a nuevos jugadores pero ¿qué pasa con los que ya están en el saco?», advierte. Su colectivo ha triplicado el número de atendidos con problemas de juego en un año.