El cuadrante burbuja que impuso el Ayuntamiento de Cáceres a la policía local al estallar el Estado de Alarma es más caro, se trabaja menos, le cuesta más dinero a las arcas municipales y demuestra de manera incontestable que no atiende las necesidades de una población como la de Cáceres.

Los contagios han comenzado a remitir, la nueva normalidad se impone y el concejal de Seguridad Ciudadana, Andrés Licerán, ha decidido sin vuelta atrás retomar los turnos instaurados antes de la pandemia. Lo ha hecho con todos los informes de Riesgos Laborales a su favor, pero con el ‘no’ de las centrales sindicales CSIF y UGT, que ayer salieron a la calle como medida de presión para que el equipo de gobierno y la jefatura mantengan los turnos burbuja (grupos estancos y reducidos, siempre con los mismos agentes para evitar que se mezclen).

La demostración de fuerza que trataron de exhibir los sindicatos con su protesta en la plaza Mayor se desvaneció por la polémica que ha rodeado a los representantes de los trabajadores después de que el ayuntamiento diese a conocer la tabla de salarios del cuerpo. En ella queda claro que los policías locales de Cáceres son los que más ganan de toda Extremadura: 2.478,92 euros al mes frente a los 2.295,49 que cobran los de Badajoz o los 1.916, 29 que perciben los de Montijo. Los datos han puesto en el centro de la diana a los agentes y el argumento de que aún siendo los que más sueldo tienen pretenden trabajar menos horas.

Ayer, el representante sindical de CSIF, José Luis Ruiz, visiblemente molesto porque el consistorio haya sacado a la luz estas cifras, aseveró que el gobierno de Salaya trataba de distraer la atención, que esta protesta no se convocaba por los sueldos, que se aprobaron en mesa de catálogo, «sino por una reivindicación sanitaria». Sin embargo, Ruiz ahondó sobre este extremo al aseverar: «No quiero comparar. Habría que puntalizar, porque los de Badajoz tienen tres días trabajados, tres días descansando, tienen una media de 55 días trabajados. ¿Cuánto valen esos 55 días?», se preguntó. Y añadió: «Ellos tienen coeficientes reductores».

José Luis Ruiz recordó que el cuadrante se impuso por la jefatura y el ayuntamiento justo al estallar la pandemia y que con él se les «prohibió muchas cosas, entre ellas cambiar de turno. Las centrales las aceptamos de buena gana para que los compañeros no se mezclaran. Cuando las autoridades sanitarias están diciendo que no debemos relajarnos, el concejal implanta el cuadrante de la normalidad».

Los turnos comenzarán a aplicarse en marzo, pero los sindicatos insisten en el cuadrante burbuja porque sin él «se van a mezclar secciones. Cuanto más nos mezclemos más riesgo de contagio», dijo Ruiz.

Cambios

Cambios La guerra entre sindicatos y ayuntamiento está creando cierto desgaste en las centrales, que ayer ya abrían la posibilidad de cambiar policías de un sitio a otro, siempre que las necesidades ciudadanas así lo requieran. «Con el actual cuadrante había menos presencia solo de mañana y nosotros estamos dispuestos a negociar que haya más gente de mañana, pero que los grupos burbuja no se mezclen. Que se negocie un cuadrante parecido y que se compatibilice la salud de los policías y el buen servicio a los ciudadanos», sentenció el líder sindical.

Añadió que el cuadrante lo impusieron «obligatoriamente» ellos (refiriéndose al concejal y a los mandos) y apuntó que «todas las dificultades que hay para prestar el servicio policial se pueden subsanar y lo que queremos hacer es negociar, pero no estamos en la normalidad como para aplicar unos turnos de absoluta normalidad».

¿Y si no hay entendimiento? «Creemos que podemos llegar a acuerdos, pero no descartamos más medidas de presión», dijo Ruiz mientras un centenar de personas se reunían a las puertas del Ayuntamiento de Cáceres donde protestaron contra la decisión del ayuntamiento de volver a retomar los turnos anteriores a la pandemia.

Fuentes de la jefatura subrayaron que en la manifestación «había pocos agentes» porque la mayoría de los presentes eran «delegados sindicales de otras secciones distintas».

La protesta se alargó unos veinte minutos y se desarrolló al grito de «inspector dimisión, inspector dictador, Licerán dimisión, PSOE dimisión». Entre silbatos y consignas, los líderes sindicales no paraban de insistir en que la manifestación no se centraba en el sueldo que perciben los agentes sino en la salud, en que se sienten inseguros deshaciendo los grupos burbuja en tiempos de pandemia porque temen a los contagios. De ahí el lema que lucían en sus pancartas: ‘Con la salud no se juega’

Necesarios

NecesariosPoco antes, el concejal de Seguridad Ciudadana, Andrés Licerán, aseguró que el cuerpo necesita más efectivos en la calle y por eso se vuelve al cuadrante anterior. «No se pone en peligro ni en riesgo a nadie más allá del que tienen por su propia actividad», ha dicho Licerán. «El cuadrante contempla 270 horas menos que el resto de la plantilla de Cáceres sin disminución del salario, vamos a tratar a todos los trabajadores del ayuntamiento por igual, no va a haber trabajadores de primera ni de segunda, mantenemos una mesa técnica de negociación para negociar un cuadrante nuevo porque se alegan circunstancias diferentes, estamos abiertos a la negociación, hay que garantizar sus derechos pero también que cumplen sus funciones», aseveró taxativo el edil.

Las centrales contestaron que el cuadrante aplicado durante seis meses «supuso la adscripción a turnos fijos de trabajo (especialmente duro para el turno de noche), la prohibición o condicionamiento del derecho a la conciliación de la vida personal y familiar, entre otros, por la prohibición de los cambios de turnos. A pesar de estas condiciones tan duras -apuntaron- la policía local de Cáceres ha demostrado sobradamente su profesionalidad».

Desde los sindicatos se reiteró que están dispuestos a negociar que haya más agentes en la calle por las mañanas pero manteniendo los grupos burbuja, algo que parece incoherente si se tiene en cuenta que para que haya más agentes en la vía pública obviamente los grupos burbuja deben ampliarse y, por tanto, sí o sí, la burbuja explota.