En España existen pocos polígonos, o muy pocos, donde un trabajador no pueda echar gasolina a su vehículo de transporte o trabajo. Las Capellanías es uno de ellos. Así lo afirma la directiva de este recinto empresarial, que lleva más de tres años esperando una respuesta del ayuntamiento para construir varios servicios en la denominada parcela 0 , desde un restaurante hasta una guardería y un centro médico. Pero no es el único problema: la zona adolece "de las mínimas condiciones de limpieza", sufre "un continuo caos de tráfico", tiene dotaciones "deficientes" y una seguridad en precario, con hasta siete robos contabilizados por fin de semana.

Una de las prioridades de la nueva directiva, elegida este mismo año, es sacar adelante la parcela 0 , un terreno de 6.000 metros cuadrados situado junto a la N-630. En octubre del 2001 el ayuntamiento se comprometió a cederlo a la Asociación del Polígono Industrial de las Capellanías (Apilca), quien a su vez sacaría un concurso para construir un consultorio médico, guardería, aula de formación, sala para reuniones, gasolinera y restaurante.

Servicios a coste cero

La empresa adjudicataria correría con todos los gastos, y a cambio explotaría el restaurante y la gasolinera para financiar la obra hasta que revertiera al ayuntamiento al cabo de los años. "Apilca no se llevaría ningún beneficio, pero sí los 4.000 trabajadores de este polígono", explica el nuevo presidente, Juan Luis Pacheco.

"Son servicios bastante necesarios, porque no contamos con un punto médico en un recinto con más de 300 empresas. Tampoco existe una guardería para facilitar la conciliación laboral y familiar, ni un aula donde poder impartir cursos", subraya el vicepresidente, Jorge Sánchez.

Siguiendo el consejo municipal, Apilca presentó un proyecto básico en octubre del 2002. Pasado el tiempo, el ayuntamiento contestó que ni el surtidor ni el restaurante entraban dentro de los usos permitidos para el suelo (equipamiento social), y que la asociación remitiera otro escrito solicitando su introducción. Así lo hicieron en mayo del 2003, pero no ha habido más noticias. Como último recurso, la directiva se reunió hace un mes con el concejal de Urbanismo para pedirle que sea el mismo ayuntamiento el que realice de oficio esta modificación en el nuevo plan general, actualmente en periodo de estudio de alegaciones.

El retraso ha provocado incluso una demanda por parte del arquitecto que ganó el concurso del proyecto, ya que no cobrará hasta que no dirija la obra. La Audiencia acaba de eximir a Apilca de pagarle antes, salvo la parte correspondiente a la solicitud de nuevos usos del suelo.

Pero además, el polígono está "dejado de la mano de Dios" según la directiva, que ya busca soluciones. Apilca tiene muy avanzada la creación de la Entidad de Conservación y Mantenimiento de las Capellanías, formada por empresarios y ayuntamiento. "Será como la comunidad de propietarios de un edificio, es decir, desde ese momento todas las empresas deberán pagar su cuota. Ahora la asociación es voluntaria y engloba al 70%", aclara el presidente.

Sucesión de robos

La entidad, que prevé comenzar a funcionar a final de año y ya tiene estatutos, dispondrá por tanto de un presupuesto fijo para contratar seguridad profesional. "Es una de nuestras carencias más graves, porque ahora sólo contamos con un equipo de conserjes-informadores que no pueden ejercer de vigilantes. Aunque agradecemos la labor policial, también conocemos su limitación de medios", afirma la directiva. En resumen: algunos fines de semana se han registrado "cuatro, cinco... hasta siete sustracciones. Yo he sufrido tres desde el 2002", señala Juan Luis Pacheco. "En un mismo día nos robaron a ocho", recuerda Jorge Sánchez.

Pero antes de constituir la entidad con el ayuntamiento, Apilca exigirá que se dote adecuadamente al polígono. "No vamos a mantener algo que ni siquiera existe", afirman. Y las deficiencias se acumulan: "Esto es un desastre de tráfico, el asfalto deja mucho que desear, no hay aparcamientos ni una señalización adecuada...", denuncian. Cuando llueve, algunos trabajadores no pueden salir de sus naves debido a las balsas. "La limpieza es lo peor, con un contenedor cada 15 empresas, un Punto Limpio que se niega a recoger cartones y un sólo operario con una escoba para todo el polígono", lamentan.