La crisis también se ha dejado notar, y bastante, en Las Capellanías. Al ser el mayor núcleo empresarial de la provincia cacereña y el segundo de toda Extremadura, el descenso de la actividad se ha hecho más que evidente. Según los cálculos de la asociación del polígono (Apilca), durante el año 2010 y los meses que han discurrido del 2011 se han cerrado unas treinta empresas. En consecuencia, el número de trabajadores que acuden a diario al recinto se ha reducido aproximadamente de 4.000 a 3.000.

Hace unos años resultaba bastante complicado encontrar una nave disponible o un terreno para comprar o alquilar en Las Capellanías. Llegaron a rozarse por entonces los 5.000 empleados, y los precios también se elevaron fruto de la demanda. Sin embargo, ahora es fácil encontrar naves vacías y carteles de se vende o se alquila . "Esta situación se nota a diario en el polígono. La actividad en las calles se ha reducido, hay menos movimiento, menos transportes, los negocios parecen más apagados. No se trata de ser pesimista, sino de ser realista: la gente lo está pasando mal", afirma el presidente de Apilca, José Luis Iñigo, empresario del sector de la automoción instalado en el polígono cacereño desde hace quince años.

Por esta misma razón, la directiva de Apilca insiste en la necesidad de unir esfuerzos para crear dotaciones en Capellanías y poner al polígono al nivel de otros recintos empresariales del país, una mejora que beneficiará a todos los negocios que operan en la zona. "Tenemos que ser más dinámicos, más activos. Cuando se convocan asambleas apenas acuden 50 empresas de las 300 asociadas en Apilca, y eso tiene que empezar a cambiar", indica el presidente.