Diego Bravo, que regenta Retales Manolo (con dos establecimientos abiertos en la calle Moret), apela al efecto llamada beneficioso para el comercio que supondría el que no hubiera locales cerrados en esta calle ni tampoco en las colindantes. "Sería fundamental que abrieran más negocios. En otras ciudades se ha optado por poner un impuesto a los propietarios de los que permanecen sin actividad durante mucho tiempo", avisa, y afirma que supondría una gran receta para "darle vida" a toda esta zona. "Los hay que tendrían mucha demanda", dice.

Pero Bravo guarda más sugerencias y críticas. "Se podría hacer algo con las pintadas en las fachadas de muchos edificios porque la sensación que dan las calles es de abandono", lamenta. Esta queja se repite entre muchos de los comerciantes de la zona. Prueba de hecho fue la ya publicada por este periódico y realizada por Francisco Palacios, propietario de dos restaurantes en la calle Pintores. Por último, solicita a las empresas encargadas de transportar a los turistas que "paren más de media hora en Cáceres. Hay viajes organizados que, en el transcurso Madrid Sevilla, descansan un rato en la ciudad. Pero en tan poco tiempo no pueden consumir ni comprar nada", finaliza.