«Ni se te ocurre volver a casa sola por la noche». Es una afirmación que no resulta poco común escuchar, especialmente por parte de mujeres. Esta vez sale de la boca de Alicia García, de 20 años. No reside en una de las barriadas de la periferia de la ciudad, pero eso no mitiga su incertidumbre ante lo que pueda ocurrir si camina sin compañía una vez ha caído el sol.

«A veces la gente se cree que solo te tienen que acompañar si bebes. Yo no bebo nada. Pero incluso si salimos a un banco o a un parque, si estás hasta tarde ya pides que te lleven, o incluso ellos se ofrecen a acompañarte si saben que vas sola...»_

En este mismo contexto, continúa haciendo hincapié en la problemática de la falta de transporte público: «Te apañas como puedes. Los padres de uno un día, los de otro el siguiente... Si se te hace tarde, claro, andando».

Cuando se le pregunta qué ocurre los días en los que nadie puede acompañarla, no duda en responder: «Me voy a casa antes».

«Para ellos es distinto», explica. «A lo mejor les dan respeto ciertos barrios o zonas muy específicas, por si les roban. Pero solo tienen miedo a que les roben. Yo... Pues voy mirando hacia todos lados, me preocupo por las esquinas, los portales y demás. Y espérate que no te cruces con nadie, porque si hay un grupo de chicos, como que aceleras el paso. Y si te dicen algo, ya ni te cuento. Vamos, que se te pone el corazón en la boca».

¿Qué zonas de la ciudad le producen más desconfianza?_«Pues si es de noche, un poco todo», admite, «porque estás tan hecha a oír que le han hecho algo a una chica en su portal, o donde sea, que no te sientes segura en ningún sitio. Pero de camino a casa, sobre todo los parques». Y concluye: «Siempre que puedo los evito, aunque tenga que dar un poco de rodeo. Incluso si somos dos. Me siento más segura en calle».

Confiesa que, en general, entiende «que la ciudad es muy segura, porque aquí nunca pasa nada», pero apostilla: «Igual, vas todo el rato pensando... ‘Nunca pasa nada, hasta que pasa’. Porque pasa hasta en pueblos pequeños o ciudades tranquilas. Así que el miedo lo llevas en el cuerpo igual».

Tras escuchar la explicación de la iniciativa sobre el mapa de puntos negros, opina que «puede ser algo muy bueno, y ayudar... sobre todo si cambian un poco el transporte», pero concluye:_«Creo que al final siempre hay sitios que te van a echar un poco para atrás, porque nunca vas a estar segura del todo».