Asistimos en los últimos días al intento de desahucio, por orden del juez, de 52 pisos ocupados ilegalmente en la zona de viviendas sociales de Gabriel y Galán, en la barriada de La Data de Plasencia. Dejando a un lado el que se logre o no, puesto que en el primer día sólo se pudo desalojar a una familia, incluso con presencia policial, algunos dudamos de su efectividad y consecución-ejecución, pero entendemos que es la aplicación de la ley, para el ciudadano y para las Administraciones, la medida correcta, aunque excesivamente dilatada en el tiempo.

Con escepticismo vemos, los vecinos de Aldea Moret, la actuación de la Agencia de la Vivienda en Plasencia y nos preguntamos: ¿por qué no en Aldea Moret? La situación de Aldea Moret es idéntica a la de La Data, y los vecinos pensamos que la actuación de la Agencia Extremeña de la Vivienda debería haber sido paralela y conjunta con el alcalde de Cáceres, José María Saponi, ya que también es responsable de los bloques municipales de la calle Ródano y en especial del bloque C, que linda con el colegio público Gabriel y Galán.

El presidente de la Agencia de la Vivienda, Javier Corominas, el máximo responsable de la situación que atravesamos en Aldea Moret, se comprometió a actuar con rigor en lo sucesivo, pero también afirmó que solo le queda escasamente un año y medio para dejar las cosas cerradas y así será. Lo que sí tenemos claro en Aldea Moret es que Javier Corominas va a dejar cerrada y bien asegurada su jubilación, ésta es la que va a gestionar con el rigor que, el susodicho y sus homólogos, creen que se merecen.

Desde Aldea Moret exigimos las mismas actuaciones, antes de que se jubilen Corominas, Saponi y la delegada del Gobierno en Extremadura, Carmen Pereira, quien acusó a los vecinos de Aldea Moret de importunar al consistorio con nuestra petición del cuartelillo conjunto, tan prometido años atrás por estos representantes de sus intereses.

El problema de Aldea Moret es de vivienda, de infraestructuras, de abandono institucional, de convivencia y de orden público, entre otros, y si los gestores mencionados no lo quieren solucionar que los jubilen anticipadamente y sin un euro.

A la clase trabajadora, cuando no cumple se le despide, y no con los sueldos de la indeseable clase política. Entre tanto, en Aldea Moret seguiremos viviendo amenazados, aislados, avasallados y un sinfín de calificativos más que no acabaríamos de redactar ni con un disco duro de 80 Gb.