El nuevo hospital está vertiendo aguas residuales al arroyo situado en El Cuartillo y que llega al Guadiloba. Se trata de aguas sucias acompañadas de restos sanitarios como guantes de látex que pueden observarse en una zona de acceso público junto a las pistas de pádel. Lo denunció ayer el PP, que ya ha puesto la situación en conocimiento del Seprona. La Junta de Extremadura asegura que no son tóxicos ni peligrosos aunque sí «desagradables y molestos», reconoce.

Los vertidos se producen desde el pasado verano y el olor ha alertado también a los usuarios del parque. Los populares han fotografiado incluso a operarios de Conyser limpiando las fosas sépticas, pero el agua vuelve a brotar. Piden a la Junta de Extremadura que solucione el problema y que lleve a cabo los análisis oportunos para descartar posibles contagios por estos vertidos. «Los charcos que forman son de agua negra, llenos de moscas, con la vegetación a su alrededor arrasada y mal olor. No entendemos por qué se opta por mandar a Conyser para sacar agua en lugar de haber arreglado la tubería», afirmó ayer el portavoz de Infraestructuras del Grupo Parlamentario Popular en la Asamblea, Víctor del Moral.

El PP exige además que se estudie si esta suciedad ha llegado hasta el Guadiloba, de donde se abastece de agua la ciudad de Cáceres. «El Cuartillo es un espacio donde muchas familias se acercan para disfrutar del campo, esto es un riesgo de salubridad. Tanto la Junta como la diputación (propietaria del terreno en el que se vierten las aguas) deben tomar medidas urgentes», alertó el portavoz del PP en el ayuntamiento, Rafael Mateos.

Sanidad informó ayer de que el problema se solucionó el pasado 4 de octubre, aunque ayer este diario comprobó que las aguas sucias continúan allí. Fue la diputación la que informó al Ejecutivo autonómico de la presencia de estos vertidos. Tras varias averiguaciones se comprobó que procedían del túnel de lavado del menaje de cocina.

Según explican desde la administación regional, la Unión Temporal de Empresas que realizó las obras durante 2010-2011 (Monago resolvió el contrato con esta empresa) conectó esta salida del túnel de lavado a la red de aguas pluviales en lugar de a la red de saneamiento, lo que ha provocado que las mismas terminen en El Cuartillo.

El Servicio Extremeño de Salud (SES) se puso en contacto con la constructora, que no ha querido hacerse cargo de su arreglo porque «la obra ya no está en garantía». La Junta lo ha asumido con fondos propios y la diputación limpia ahora la zona, que se encuentra vallada. «Con esas declaraciones se crea una alarma innecesaria. En los hospitales se generan muchos materiales tóxicos procedentes de productos radioactivos, medicamentos con efectos secundarios… por lo que asegurar que hay vertidos tóxicos del hospital induce a la alarma», afirma Sanidad. Y añade que los guantes de látex aparecidos no son de uso sanitario sino que «es muy posible que alguien que haya estado analizando esos vertidos los haya dejado allí». El consejero, José María Vergeles, advirtió además de que el SES cuenta con un plan de gestión de residuos peligrosos «que no permite que se produzca ningún vertido fuera del hospital».

Por su parte, el portavoz del equipo de gobierno municipal, Andrés Licerán, también criticó a los populares porque están generando «una situación de alarmismo altamente imprudente».