El pleno del ayuntamiento aprobó ayer inicialmente el presupuesto municipal para 2018. Asciende a 69,5 millones, 500.000 euros más que en las cuentas de este año. Se ratificó con los votos a favor del PP y Ciudadanos, con lo que se repitió la misma fórmula de hace un año. PSOE y CACeresTú (Podemos) se opusieron. El debate no giró en torno a las medidas y números del documento, sino que se centró principalmente en la no aceptación de las enmiendas que presentó el PSOE y en la oferta que se saca del plan de empleo social para 2018.

Las cuentas se tendrán que exponer al público, plazo en el que se podrá alegar; una vez resueltas las reclamaciones se pasará ya a su aprobación definitiva. La intención del gobierno local es que todo el proceso pueda estar terminado antes del 31 de diciembre para no empezar el año con el presupuesto de 2017 prorrogado.

ACUERDO PREVIO / El gobierno (PP) llegó al pleno con un acuerdo con Ciudadanos que garantizaba su aprobación. Es, con algunos matices, lo mismo que hace un año: Cs anuncia una serie de condiciones y su aceptación por el gobierno permite la aprobación de las cuentas. La diferencia entre un año y otro es que mientras que para 2017 fueron condiciones más concretas y más ligadas a partidas del presupuesto, para 2018 son más generales y permite su cumplimiento durante el año, salvo la rebaja fiscal ya acordaba para reducir el tipo impositivo del IBI, baja un 4% en 2018, suprimir la tasa de apertura de establecimientos y suspender el impuesto de Plusvalía si se demuestra que no ha habido un beneficio.

La novedad en el pleno fueron las enmiendas que presentó el PSOE porque recordó a lo ocurrido hace dos años. En diciembre de 2015 el PP llevó su propuesta de presupuestos al pleno sin tener garantizado el voto de otros partidos. En esa sesión el PSOE presentó enmiendas. Tras una consulta con el interventor municipal para conocer la viabilidad de su inclusión en el presupuesto y hacerse un receso, el gobierno aceptó parte de las mismas. Fue suficiente para la abstención del PSOE y la aprobación del presupuesto de 2016 con el voto del PP.

Pero esta vez la situación era distinta. El gobierno, que está en minoría, ya tenía garantizado el respaldo de Cs. «No vamos a aceptarlas, no es serio, esto es una improvisación», argumentó la concejala de Economía, María Guardiola, en su rechazo a las enmiendas. Recordó a Salaya que su grupo ha tenido dos meses, desde la primera reunión con el PP en la que se abordó el presupuesto de 2018, para haberlas entregado y le precisó que en la comisión de Economía el PSOE votó en contra, «con ese rechazo al proyecto, lo coherente es que hubiesen presentado una enmienda a la totalidad».

«Lo que pasa es que ahora no les vale; hace dos años sí y pidieron al interventor que informase sobre la marcha», contestó Salaya, que subrayó que «lo lógico» hubiese sido que esta vez se procediese igual. La alcaldesa, Elena Nevado, llegó a intervenir para precisarle que la diferencia es que ahora desde un primer momento se han rechazado. A lo que el portavoz socialista replicó que el gobierno local «aplica políticas diferentes según le convenga en cada caso». Salaya insistió en que las enmiendas se presentaron en el pleno de ayer porque es cuando corresponde «en tiempo y forma».

En su segunda intervención, Guardiola, que al recordar lo ocurrido en 2015 llegó a decirle a Salaya que hace dos años «les pillamos con el pie cambiado», abundó en los argumentos del rechazo a las enmiendas asegurando que cuando el PSOE ha visto que había un acuerdo con Cs «ha intentado dar sentido a su labor de oposición, pero llegan tarde, tenemos un proyecto cerrado».

ENMIENDAS / La iniciativa del PSOE incluía ocho enmiendas. Para la financiación de cada una se proponía reducir partidas de otros conceptos que en la liquidación de cada ejercicio acaban «con un excedente», precisó Salaya. Entre esas propuestas estaban el desarrollo de una campaña dirigida a la concienciación por un ocio nocturno libre de machismo (iniciativa relacionada con la polémica ocasionada por un espectáculo realizado recientemente en la discoteca Versus), la instalación de un parque infantil en la plaza de Santiago para ayudar a recuperar un espacio «que está cada vez más degradado», subvenciones a fondo perdido al comercio o la creación de un corredor verde que sirva de pantalla vegetal entre el área residencial de Casa Plata y Maltravieso y la industrial de Charca Musia.

En su intervención, el portavoz de Ciudadanos, Cayetano Polo, defendió el contenido de las condiciones que han puesto al PP y que se han aceptado, requisitos «que siguen el hilo de un proyecto de ciudad que tenemos en Ciudadanos». Presumió de que en su partido «somos capaces de sentarnos a negociar con cualquier grupo» e ironizó cuando llegó a ofrecerle al PSOE que en la negociación con el PP de los presupuestos de 2019 intentaría sacar adelante «algunas de sus enmiendas que gustan» a Ciudadanos.

Parte de la intervención de Polo se centró en el enfrentamiento dialéctico con CACeresTú a raíz de la oferta para 2018 del plan de empleo social. Entre los argumentos que dio Consuelo López, portavoz de CACeresTú, para que su grupo votase en contra de las cuentas estaba el desacuerdo con que las plazas del plan de empleo social no salgan con la jornada completa, «Cáceres es el único municipio que se acoge a esa opción de tiempo parcial de los contratos», apuntó López, que añadió que se están ofreciendo «salarios de miseria». Polo respondió que el empleo que generan las administraciones «es un autoconsumo para engordarse y costarle a los ciudadanos cada vez más», defendiendo una administración «cada vez más delgada y que cueste menos al ciudadano».

López y Salaya expusieron en sus intervenciones que desde un primer momento el gobierno no tenía intención de llegar a acuerdos con PSOE y CACeresTú y que esperaba alcanzarlo con Cs. «Como ya tenían los votos, ni han visto las enmiendas de otros partidos», precisó López al refererirse a las propuestas presentadas hace dos semanas por su grupo. «No había intención real de negociar con nosotros (...) me imagino que a Cs le dieron más información del presupuesto» cuando negociaban, consideró Salaya.

«Intuiamos que esa inquina que tienen a nuestras siglas les haría rechazar cualquier proyecto de presupuesto», contestó Guardiola a López. Guardiola abrió y cerró el debate con su exposición de los números del presupuesto. Destacó el capítulo de inversiones por «su carácter estratégico que ayudará a transformar la ciudad» ya que se abordarán las actuaciones de la iniciativa de desarrollo urbano sostenible y resaltó que el gobierno, pese a estar en minoría, lleva tres presupuestos aprobados de tres posibles.