El barrio se está poniendo muy complicado", asegura el cocinero Javier Martín, propietario del restaurante que lleva su nombre en la calle Juan Solano. El ha sido la última víctima de los ladrones que asedian de madrugada los negocios de Nuevo Cáceres. En poco más de un mes, nueve establecimientos han sufrido asaltos nocturnos, cuatro de ellos se quedaron solo en intentos aunque sí se produjeron daños al forzar las puertas o las ventanas.

Los empresarios están desesperados ante esta nueva oleada de robos y estudian la posibilidad de movilizarse. "Cada noche te preguntas si hoy te tocará a ti", lamenta José Luis Blázquez, portavoz de la asociación de empresarios del barrio. "Hay una gran inquietud", añade. El colectivo pide más presencia policial.

LLAMADA A LA CALMA El comisario de la Policía Nacional, José María Villar, reconoció ayer que efectivamente se estaba produciendo un goteo de pequeños robos en la zona pero aseguró que tampoco es una situación "alarmante". Aclaró, asimismo, que la policía está trabajando para esclarecer los hechos y que, por supuesto, se patrulla el barrio todas las noches.

Desde la asociación de vecinos se corroboró precisamente ayer este aspecto. El presidente del colectivo, José María Tovar, difundió un comunicado en el que, aunque apoya a los afectados, expresa su desacuerdo con los empresarios sobre que no se vean dotaciones de ambas policías. "Entendemos su preocupación, pero no que se cree alarma social y que se dé a entender que este no es un barrio seguro", manifiesta en el escrito.

De hecho, considera "desmesurada" la creación de patrullas nocturnas por parte de los empresarios, como amenaza el colectivo para reclamar atención policial. "Aun comprendiéndoles, deben tener paciencia y fe en nuestras fuerzas de seguridad", concluye Tovar.

CON NOCTURNIDAD Y ALEVOSIA El último robo perpetrado en el restaurante Javier Martín ocurrió en la madrugada del viernes al sábado, sobre las dos y media de la madrugada. Los ladrones rompieron con piedras y una maza uno de los cristales blindados de la puerta de acceso. Consiguieron sustraer una pequeña cantidad de dinero en metálico, la caja registradora y algunos alimentos. "Debían estar aguardando a que cerrara porque yo me fui a las dos de la madrugada y entraron poco después", relató ayer Martín.

La policía científica encontró en el local un poco de sangre, posiblemente de alguno de los ladrones que pudo cortarse con los cristales, y un pelo que están en proceso de análisis. Se cree que los autores de estos asaltos, según fuentes policiales, son delincuentes autóctonos.

La tapería Alcandora, el mesón Jara, el bar Dulcinea, las tiendas de Prevecoex y Gogó, un bazar de productos de bajo precio, la parafarmacia o un comercio de modelaje completan, junto a Javier Martín, la lista de establecimientos atacados hasta el momento en esta última oleada. José Luis Blázquez sostiene que el propietario de la tienda de modelaje cerró su negocio tras el robo "por miedo".

"Si fueran hechos aislados, no tendría tanta importancia --asegura Blázquez--, pero son todas las semanas. Cierras tu negocio y te vas a casa esperando que te llamen de la policía porque han asaltado tu tienda. No queremos polemizar ni meter miedo, pero estamos intranquilos".