El presidente de la Diputación de Cáceres, Laureano León, augura porvenir a estas instituciones provinciales si se explica su valor a los ciudadanos y, por ello, se compromete a "responder con hechos" para que desaparezca el sentimiento que sostiene que es un organismo prescindible.

"Me comprometo a que en estos cuatro años voy a tratar de que este gobierno responda con hechos y los ciudadanos no se vuelvan a plantear esa cuestión", subraya durante una entrevista concedida a la agencia Efe.

"Si respondemos a esa cuestión con hechos sobra el planteamiento sobre la continuidad de diputación", las diputaciones continuarán "hasta en tanto sirvan a los municipios y sirvan a los ciudadanos".

Para ello plantea un paquete de medidas centradas en optimizar recursos, reducir el gasto público, sacar rentabilidad a las prestaciones de servicios y competencias y fomentar el empleo.

Hace algo más de una semana que Laureano León fue investido presidente y asegura que no se ha llevado "ninguna sorpresa" en las cuentas corrientes de diputación. "La situación financiera es ajustada, pero no en quiebra" y defiende que "no es una situación de quiebra, como ocurre en el Ayuntamiento de Cáceres".

En Cáceres, añade, "se dijo que las deudas eran de 40 millones y al final han resultado ser más de 90 millones de euros. Eso no ha ocurrido en diputación. La situación no es comparable".

Como medidas del control del gasto, aboga por la reducción del número de liberados y de coches oficiales, así como una limitación del número de comisiones presentes en diputación y de los "pequeños" gastos.

En su opinión, "hay muchas maneras de reducir los costes" y las medidas no se adoptaron antes porque "los hábitos después de 28 años no se cambian", en alusión al anterior gobierno socialista.

Con el paso del tiempo, resalta, se adquieren "una serie de prácticas y una serie de compromisos personales e hipotecas que resultan difíciles de cambiar".

Por ello, "es más fácil hacerlo cuando cambia un gobierno. Por eso, en democracia y en política es conveniente, y hasta saludable, un cambio político y que haya alternancia".

Menciona las prioridades de su gobierno, que se centran en el empleo, "el mayor problema de esta sociedad", y pone como ejemplo que cuando se construye una carretera se está generando empleo y cuando se aborda un plan de dinamización turística debe crear también puestos de trabajo.

El presidente de la diputación descarta la posibilidad de que se cierren pueblos en Extremadura e indica que el mejor antídoto para evitar el éxodo los jóvenes a las ciudades es la iniciativa empresarial y el fomento de emprendedores.

Por ello, defiende la instalación de buenas comunicaciones en los entornos rurales cacereños, situados entre Madrid y Lisboa, y aclara que no renuncia a un gran proyecto, aunque "con pequeños proyectos se puede tener el mismo empleo que con un gran proyecto".

"Si hubiéramos destinado las ayudas de la Sociedad de Fomento Industrial en vez de a un gran proyecto a muchos proyectos, habríamos creado el mismo empleo. Pero también habríamos creado un mayor tejido empresarial".

Sobre la posibilidad de poner una fecha límite a su mandato, como ha hecho el presidente de la Junta, José Antonio Monago, reconoce que "los proyectos tienen que una fecha de caducidad", aunque aún no se lo ha marcado.

León sostiene que cuando se llega a una institución se trabaja "con ilusión y después de ocho años, aunque pueden surgir cosas nuevas para mantener la ilusión, probablemente uno se haya vaciado".

De cara a los futuros acuerdos con la oposición en diputación, se muestra dispuesto al diálogo y subraya que "dos no se pelean si uno no quiere".