La alcaldesa, Elena Nevado, puede convertirse en uno de los pocos alcaldes que en una misma legislatura hayan bajado hasta tres veces el tipo impositivo del IBI. Aunque solo tenía prevista la primera, un ajuste aprobado en julio de 2015 por el que el tipo pasó del 0,825 al 0,81%. Las otras no entraban en sus planes.

La segunda vez fue porque el ayuntamiento se encontró con una revisión de los valores catastrales que no esperaba. En junio de 2015 se interpretó que iban a incrementarse un 1,10% cuando la realidad era que subían un 10%. En octubre de ese año se tuvo que bajar el tipo para evitar que el impuesto se disparase y conseguir que se siguiese pagando lo mismo. La tercera sería en unas semanas para cumplir con la condición que le acaba de poner Ciudadanos para apoyar los presupuestos de 2018, cuentas que necesitan del respaldo de alguno de los grupos de la oposición.

La jugada de Cs y de su portavoz, Cayetano Polo, es certera porque si el impuesto baja, la iniciativa habrá sido de Ciudadanos, que considera, según Polo, que «una de las mejores formas de relanzar la economía es reducir la presión fiscal»; si no baja, será el gobierno el que no ha querido y eso a pesar de que «en el ADN» del PP está la reducción de impuestos, según su portavoz en el ayuntamiento, Rafael Mateos.

La papeleta es para Nevado, la concejala de Economía, María Guardiola, y los servicios económicos del ayuntamiento porque lo aconsejable sería no tocar el impuesto para no trastocar la financiación de los gastos corrientes del ayuntamiento. El IBI es un impuesto imperfecto, pero el más necesario para una entidad local mientras no haya otro recurso. Es imperfecto porque no tiene en cuenta la renta del que paga, pese a que tribute más el que más bienes tiene se basa en valores que se dan al suelo y a la construcción y en el tipo impositivo que pone el ayuntamiento. Y es necesario porque más de un tercio de los ingresos que requiere el consistorio para funcionar (pagar a sus funcionarios, sus gastos corrientes y los servicios que presta) dependen del IBI. Además a la reducción de ingresos que se produciría por una bajada del IBI se sumaría el año que viene la que se espera en el impuesto de Plusvalía a raíz de la sentencia del Tribunal Constitucional.

Lo más probable es que haya acuerdo, aunque no se llegue al 10% de reducción del tipo impositivo que se propone por Ciudadanos, se plantee hacerlo en dos anualidades o se busque una solución para que la pérdida de ingresos no sea muy superior al millón de euros. También se pueden reducir gastos, pero por ahora no se ha avanzado nada en este sentido.

Hay un ingreso extra que se prevé para 2018. Es el canon que tiene que poner Canal de Isabel II, que esta vez sí se aportaría en su anualidad y completo. Con parte de su importe, si no está ya comprometido, se podría contar para compensar una posible pérdida de ingresos del IBI.

La solución, en unas semanas, un plazo en el que también se sabrá si Nevado logra aprobar su tercer presupuesto en minoría.