La concejala de Dinamización ha programado un cotillón en la plaza. No creo que el personal necesite ser dinamizado en Noche Vieja. Si acaso, atemperado. Tampoco me parece que los hosteleros precisen de su ayuda para alegrar la noche, a juzgar por los cotillones y ofertas de todo tipo que uno lee en las puertas de los establecimientos.

Por otro lado el acontecimiento corre el riesgo de irse de la mano de los organizadores pues el alcohol que se consume y la juerga y permisividad inherentes a esa noche pueden verse favorecidos por la carpa del ayuntamiento. Para tratar de controlar mínimamente lo que parece incontrolable se necesitará mucho servicio de limpieza y policía. Las molestias a los vecinos aumentarán innecesariamente y se extenderán por toda la ciudad, porque los asistentes no permanecerán quietos en el lugar. ¿Se puede garantizar que no habrá consumo de alcohol y barullo fuera de la carpa?

Si lo que se pretende es controlar la calidad de las bebidas, el orden y la seguridad de los participantes en cotillones bastará con llevar a cabo los controles pertinentes en aquellos que organiza la iniciativa privada, no sustituirla. No obstante deseo que el experimento resulte satisfactorio y nadie tenga que arrepentirse.