Sólo les faltó participar en la mesa de ofrendas colocada a las puertas de la ermita. Los niños fueron los protagonistas de la primera jornada de actos conmemorativos de la festividad de Las Candelas y más de una treintena participaron en ellos. María, con solo seis meses, fue uno de los primeros bebés en pasar bajo el manto de la Virgen de Las Candelas, una iniciativa puesta en marcha por la parroquia para bendecir a los niños nacidos este año. Ataviada con abrigo beige y gorro rosa para protegerla del frío y en brazos de su madre, la pequeña estaba nerviosa ante el bullicio.
"Ha estado llorando", recordaba Carolina Iglesias, su madre, sobre el momento en el que pasó la cabeza de la niña por el manto de la Virgen, tras la bendición al final de la misa que ofició el párroco titular de San Mateo, Paulino Hernández. Para ella, la festividad de Las Candelas es "una tradición familiar", por eso considera que la iniciativa puesta en marcha este año es "muy bonita".
En la explanada de la ermita esperaban también un grupo de niños de entre uno y tres años de la guardería Guiñol, del R-66. Iban todos ataviados con los trajes regionales. "Queremos que conozcan las tradiciones populares", explicaba una de sus profesoras. Y cumplieron, levantando los brazos y bailando con toda la destreza que les ofrecía su motricidad, al ritmo de la jota de Guadalupe.
Instantes antes había terminado la mesa de ofrendas y la tradicional puja que ayer tuvo como protagonistas a los quesos artesanales, que se vendieron por 25 y 28 euros. También había milanesas elaboradas por las Jerónimas y otra treintena de dulces aportados por vecinos de la zona: coquillos de miel, floretas, tocinillo de cielo, roscas de alfajor y roscones. Los asistentes se llevaron todos los productos y casi agotaron las 500 roscas de anís que se vendieron por un euro cada una.
Hoy es la procesión de Las Candelas. A las 17.00 horas serán bendecidas las velas en la ermita y la comitiva partirá con la Virgen hasta la iglesia de San Mateo, en la que se celebrará una misa.
