Conducía un Opel Combo por la N-630, en el término municipal de Aldea del Cano pero iba distraído porque estaba utilizando su teléfono móvil, que lo llevaba sujeto con una de sus manos. Al llegar a una zona de salida situada a su izquierda procedió a hacer un cambio de sentido por un lugar no habilitado para ello (se metió en una isleta invadiendo la línea discontinua que delimitaba los carriles). Lo hizo además sin frenar el vehículo y mirar por si venía algún otro coche. Y tampoco adoptó ninguna medida de señalización. No se percató de que por el carril contrario circulaban dos ciclistas correctamente por el arcén. A uno de ellos lo arrolló. Los hechos ocurrieron en agosto del 2018 y acaba de ser condenado por el Juzgado de lo Penal Número 1.

Tal era su desatención al volante, según recoge la sentencia, que no llegó a accionar los frenos ni a efectuar maniobra evasiva alguna. Solo detuvo el vehículo al resultar levemente herido por los cristales rotos de la luna de su vehículo, que se estalló al caer sobre él el cuerpo del ciclista. Tuvo que ser trasladado al hospital San Pedro de Alcántara. A consecuencia del accidente sufrió múltiples heridas y contusiones por todo el cuerpo y tuvo que ser operado. Por estos hechos acaba de ser condenado por un delito de lesiones por imprudencia a seis meses de prisión, además de a la prohibición de conducir vehículos y ciclomotores durante un año y nueve meses. La sentencia es firme.