El Centro de Educación Especial Proa lleva 52 años en su misma ubicación y 14 esperando que se haga realidad el compromiso de crear un nuevo colegio, porque el actual arrastra serias deficiencias desde hace décadas. La consejera de Educación y Empleo, Esther Gutiérrez, presentará hoy en Cáceres las características del futuro recinto durante un acto al que han sido invitados los representantes de la comunidad educativa, que tanto han luchado para que llegara este día. Es cierto que una vez redactado el proyecto habrá que licitar y ejecutar la obra, pero el paso de hoy se considera «realmente importante», según valoró ayer la directora de Proa, Pilar Cañamero.

«Se trata de un proyecto muy relevante porque el centro se encuentra deteriorado, con deficiencias que hacen que las instalaciones no siempre estén a la altura de la normativa», destacó ayer la responsable cuando este diario le pidió una valoración. «Nos sentimos encantados, más aún cuando el proceso avance, porque nuestros niños merecen un nuevo colegio tras de años de espera», destacó.

En Proa se forman 90 alumnos con distintas discapacidades, atendidos por un centenar de trabajadores entre profesores, enfermeros, médico, fisioterapeutas, conserjes, vigilantes, cocineros, camareros... Tiene internado y llegó a atender a 200 niños. La instalación actual se abrió en 1968 sobre una parcela de 50.000 m² situada en Aldea Moret, justo al lado de la antigua carretera de Badajoz. La gestionó un patronato de las cajas de ahorro de Plasencia y Cáceres, hasta que en 1984 pasó a depender del Ministerio de Educación, y desde 2000 de la Junta de Extremadura tras el traspaso de las competencias educativas.

El compromiso

Ya en 2006, el entonces presidente de la Junta, Rodríguez Ibarra, anunció la mejora de las instalaciones en su misma ubicación. Tras él, Guillermo Fernández Vara mantuvo ese compromiso, pero en 2007 la Asociación de Madres y Padres de Alumnos de Proa dejó claro que no quería continuar en ese espacio por considerar que los niños estaban «aislados y olvidados». Pedía la creación de un nuevo colegio más céntrico. De hecho, en diciembre de 2007 organizaron protestas para solicitar que se acelerara el proyecto en otro lugar. Calificaron de «urgente» la necesidad de las nuevas instalaciones en un entorno accesible.

La Junta de Extremadura, a través de reuniones con el ayuntamiento cacereño y con la Caja de Ahorros de Extremadura, sí opto por crear un nuevo colegio en lugar de corregir las deficiencias del existente, y barajó una parcela cercana, en Río Tinto, que tampoco convenció a los padres porque tenía que ser urbanizada y las obras tardarían demasiado. Querían un enclave más céntrico.

Carpinterías en mal estado, goteras, exteriores deteriorados, aseos con deficiencias... Proa se deterioraba y el proyecto corría prisa. En 2012 el consejo escolar solicitó formalmente al ayuntamiento otros terrenos. El consistorio se comprometió a cederlos y la Junta a financiar el nuevo centro. Por entonces ya se barajaba la ubicación de Casa Plata. En 2013 esta alternativa se hizo firme y la Consejería de Educación se dispuso a reeditar el proyecto para acomodarlo al nuevo espacio.

Por fin, la parcela

En julio de 2017 se supo que la Junta de Extremadura estaba diseñando el nuevo centro y preparando los pliegos de condiciones. El lugar elegido era una triple parcela de más de 15.000 m2 cedida por el ayuntamiento entre la avenida de Maltravieso y las calles Cueva del Conejar y Cueva de Santa Ana.

Desde entonces el camino no ha sido fácil. La Junta y el ayuntamiento se han reprochado mutuamente la tardanza en los trámites. La licitación del proyecto se anuló en 2018 por un problema en los pliegos y tuvo que salir otra vez a concurso. Finalmente se adjudicó en abril de 2019 a la empresa madrileña Arquivir Arquitectos por un importe de 284.746 € y un plazo de 5 meses. Más de un año después, la Junta por fin desvelará hoy cómo será el nuevo Proa.

Se ha venido calculado que el centro, diseñado con un sistema modular, costará 6, 5 millones de euros y dispondrá de pistas deportivas, gimnasio, sala de usos múltiples, biblioteca y residencia. Aún no se sabe el futuro uso de las 4 hectáreas del actual centro Proa, propiedad de Fundación Caja Extremadura, porque el colegio tardará aún años en trasladarse.