Han pasado casi cinco años desde que la Junta de Extremadura diera luz verde por primera vez a la renovación del colegio de Educación Especial Proa y el nuevo centro aún no tiene proyecto. El 2010 ha sido un año clave para el centro porque se consiguió que el ayuntamiento cediera los terrenos para la construcción de un nuevo edificio (se situará en la urbanización Río Tinto, en Aldea Moret). Y en abril el ejecutivo regional y Caja Extremadura firmaron un convenio para repartirse el coste del futuro inmueble al 50%.

Sin embargo, la entidad bancaria todavía no ha recibido ningún proyecto, aunque asegura que existe un estudio provisional que habrá que volver a redactar. "Antes de que acabara el curso hablé con el equipo que redacta el proyecto. Me enseñaron lo que tenían y la verdad es que me pareció perfecto. Entonces dijeron que presentarían el informe en septiembre u octubre. Habrá que esperar", afirmó el director del colegio, Sixto Iglesias.

NUEVOS ACCESOS A esto se une el problema de los accesos a Río Tinto, donde se levantará el colegio. La Junta ha solicitado al gobierno local que los adecente antes de que comiencen las obras, pero aún no se ha realizado. "Se hará, nos hemos comprometido con la consejería", dijo la alcaldesa, Carmen Heras. El director del colegio insistió en que esta medida "es una excusa" ya que según él, actualmente los camiones de obra pueden acceder a los terrenos: "es cierto que habría que dar más vueltas, pero eso no supone un grave problema. Ni mucho menos una razón para alargar de nuevo los plazos", incidió Iglesias quien, a pesar de todo, está convencido de que como muy tarde los trabajos comenzarán a principios del próximo año. "Si no, presionaremos para que así sea. No queremos perder más tiempo", dijo el director. El colegio debería estar listo para el curso 2012.

El nuevo Proa se construirá en una parcela de 10.000 metros cuadrados, albergará a 100 alumnos y costará cinco millones de euros. Su puesta en marcha supondrá el final de una década marcada por las demandas de los padres para mejorar el edificio o trasladarlo. Pero no acabará con su descontento, ya que ellos insisten en que el colegio debería marcharse de Aldea Moret y situarse en el centro de Cáceres, para integrar a sus hijos en la ciudad.

Será accesible y funcional, con una sola planta, un sistema de luces y puertas adaptado a discapacitados, un gimnasio, sala de fisioterapia y musicoterapia y un pequeño apartamento en el que vivirán los alumnos autónomos para que desarrollen sus capacidades realizando tareas del hogar.