Casi medio millar de personas fallecen al año en la provincia cacereña por enfermedades coronarias. De ellas 71 pierden la vida debido a un paro cardíaco o muerte súbita, enfermedad que puede prevenirse con la utilización de desfibriladores. En concreto, según los últimos datos del Instituto Municipal de Estadística (INE), en el año 2016 fallecieron en Cáceres 200 personas por insuficiencia cardíaca y 221 por infarto agudo de miocardio.

Para ayudar a reducir este número e intentar salvar la vida de los pacientes que sufren esta dolencia la diputación entregó ayer 227 desfibriladores a distintos municipios y entidades locales con el objeto de que todos los pueblos cuenten con uno. La mayoría son fijos y se instalarán en lugares públicos y accesibles; salvo doce de ellos que, al ser móviles, los tendrá la policía local y los llevará en sus coches patrulla.

Asimismo la empresa que ha proporcionado los aparatos se encargará de formar para su uso a 554 personas y la institución provincial ya ha ofrecido esta formación a todas las mancomunidades. La campaña, que se ha denominado ‘De corazón’, ha contado con un presupuesto de 250.000 euros. «Tendremos una provincia más cardio protegida. Con esta campaña estamos ayudando a salvar vidas», señaló ayer la presidenta de la diputación, Rosario Cordero.

Al acto asistió también el presidente de la Sociedad Extremeña de Cardiología, el doctor José Javier Gómez Barrado, quien recordó que la parada cardíaca o la muerte súbita es uno de los grandes retos que tiene la cardiología. De hecho, según los datos existentes, el 12% de las muertes no violentas que se producen en España son de forma súbita; es decir, en España fallecen al año por esta causa 30.000 personas. «Se ha avanzado mucho en otros aspectos, pero la muerte súbita es una asignatura pendiente porque es muy frecuente», señaló Gómez Barrado.

PRIMERA CAUSA DE MUERTE / La primera causa de muerte son los infartos y una de las formas de presentación de esa enfermedad coronaria es la muerte súbita. Puede sufrirla cualquier paciente, a pesar de que nunca haya tenido infartos ni haya presentado sintomatología alguna.

El doctor recordó además que se trata de muertes con grandes connotaciones sociales y muy mediáticas: «En pueblos pequeños, cuando muere alguien de repente, genera una gran alarma; si ocurre en un deportista o en un niño la muerte súbita, además, sale en los medios de comunicación. Es muy importante que todos los pueblos tengan un desfibrilador y que haya gente formada, la idea es que toda la población pueda estar formada en técnicas de reanimación y en uso del desfibrilador», añadió.

Por esta razón se plantean como un objetivo a medio plazo que toda la provincia pueda recibir formación en este sentido. Estos conocimientos en primeros auxilios salvaron en la capital cacereña a principios de año la vida de un adolescente. Ocurrió en el instituto Norba Caesarina. Un joven sufrió una parada cardiorrespiratoria y dos de sus compañeros le practicaron la reanimación cardiopulmonar que habían aprendido en su estancia con los scouts.