Una vez más nos hacemos cruces con las declaraciones efectuadas por el director técnico de la Confederación Hidrográfica del Tajo, Justo Mora, y la alcaldesa de Cáceres, Carmen Heras, sobre la finalización de las obras de la presa de Portaje, cuya fecha de 2011 nos parece una utopía.

Se debe tener en cuenta que la ejecución de la presa de Portaje correspondía a la política de regadíos emprendida por el Estado, que pretendía la irrigación de terrenos comprendidos entre los términos municipales de Portaje y Torrejoncillo, conocidos como Rivera de Fresnedosa. La aplicación de otro fin que no sea la ejecución del proyecto, transformación del secano en regadío, plantea un problema legal y económico.

Los propietarios cuyas tierras se expropiaron para la construcción de la presa pueden exigir la reversión de los terrenos al incumplirse los fines para lo que fueron expropiados.

¿Qué puede suceder si los propietarios sujetos a la expropiación exigen que se les indemnicen o compensen con los terrenos sobrantes de la reordenación de sus propiedades? Si hay que proceder a la indemnización, ¿sobre quién recaerán los costes? Si el pliego de condiciones que se ha presentado para licitar la gestión del ciclo integral de agua ya contempla una subida del 40% aproximadamente por potabilización y depuración, ¿a cuánto se va a elevar el precio final del metro cúbico, si hemos de pagar un sobreprecio por unas obras injustificables (atravesar los cauces del Tajo y el Almonte), cuyo coste no se ha atrevido a cuantificar el Ministerio de Medio Ambiente?.

Esta política desastrosa, en lo que al abastecimiento de agua a Cáceres se refiere, se pretende maquillar diciendo como noticia que el coste del agua en Cáceres es de los más baratos de España. ¿A quién pretende engañar esta pléyade de políticos ineptos que tenemos? ¿Cuándo esta amorfa sociedad extremeña se va a rebelar contra unos políticos que solo y exclusivamente les interesa el poder?

Reiteramos una vez más que la segunda fase del abastecimiento de agua a Cáceres debía de ser la presa sobre el río Almonte, entre otras, por las siguientes razones: proximidad geográfica desde la cuenca del Almonte; calidad de sus aguas al provenir del nacimiento del río en las Villuercas, desarrollando su cauce alejado de cualquier centro urbano, lo que garantiza la calidad de sus aguas; menor coste energético para la elevación, impulsión y mantenimiento de la red...

Entendemos que estos son motivos suficientes para que los cacereños reivindiquen la construcción de una presa sobre el río Almonte.