Los cacereños disfrutaron ayer de la jornada festiva con motivo de la celebración de su patrón, San Jorge. Como ya es habitual, la procesión cívica, formada por los miembros de la corporación municipal, abrió los actos desfilando desde la casa consistorial hasta la concatedral de Santa María. El recorrido, que se inició a eso de las 11.50 horas, fue amenizado por el acompañamiento musical que brindó la Banda Municipal.

A las 12.00 horas, la comitiva hacía entrada en Santa María con el concejal más joven al frente, el portavoz del Grupo Municipal Socialista Luis Salaya, quien, pendón en mano, lideraba la procesión. Más tarde, iba a ser el encargado de tremolar el pendón. En el interior, los concejales de los diferentes grupos políticos tomaron asiento, mientras muchos devotos se tenían que conformar con permanecer de pie, momentos antes de que arrancara la misa solemne.

En la homilía, además de los característicos rezos y la ofrenda de la hostia consagrada, se rindió un pequeño homenaje a un canónigo fallecido recientemente. La misa fue cantada por el Orfeón Cacereño y presidida por el canónigo penitenciario de la concatedral de Santa María, Angel David Martín Rubio. Y al final, como siempre, el sentimiento a flor de piel. "Viva la Virgen de la Montaña, viva la Madre de Dios, viva el orgullo de Cáceres", gritó una cacereña al término de la homilía.

A la salida de la misa, los curiosos se agolparon frente a Santa María. La estrechez de la calle del Arco de la Estrella apenas daba para que la comitiva de la procesión cívica desfilara ante el martilleo de los flashes y los videos de varios grupos de turistas asiáticos que no querían perderse ni un detalle. También de otros países se mostraban sorprendidos: "San Giorgio, San Giorgio", se repetían entre ellos cuatro turistas italianos parados junto a la Torre de Bujaco.

La procesión cívica se detuvo sobre las 13.00 horas frente a las escalinatas del ayuntamiento. Arriba, mientras la Banda de Música Municipal hacía sonar el himno de España, el edil más joven, como manda la tradición, Salaya, tremoló el pendón desde el balcón de la casa consistorial.

"Es un momento importante para mí. Es un orgullo y lo vivo con la ilusión con la que ayer muchos niños vivieron la quema del dragón, aunque también con la responsabilidad de que Cáceres es una ciudad con muchas tradiciones y que arrastra una cultura muy fuerte", comentó el portavoz socialista.

JUBILADOS Asimismo, y como también es costumbre, el ayuntamiento rindió ayer homenaje a siete funcionarios municipales jubilados durante el último año: Antonio Ruiz Fernández de la Lopa, Santiaga Benito Otero, Juan Domingo Mateos Mateos, Pedro Alfonso Soria, Juan Bautista Zubitur Sestao, Fernando Montes Macías y Manuel Aunión Segador, además de a los fallecidos Pedro Cano Serrano, Argeme Muriel de la Riva y Francisco Javier Burgos Gutiérrez.

La alcaldesa, Elena Nevado, les dedicó unas palabras: "Sé que todos seguís muy activos, que seguís madrugando... Pero ahora para ir al gimnasio, para cuidar a los nietos o para hacer vuestras cosas... porque ha llegado el tiempo de dedicaros a vosotros mismos", les recomendó, agradeciéndoles por haber sido unos "trabajadores incansables de esta casa, que han dado sus mejores años por la ciudad y que, sin duda, han dejado huella en el hogar de los cacereños".