La sala de conciertos en la antigua discoteca Versus, en la avenida Ruta de la Plata, apostará principalmente por el pop y el rock en directo, sin cerrarse a otros estilos. Con un perfil para espectadores por encima de los 25 años, el empresario Pablo Pérez de Lazárraga, impulsor del proyecto, se encargará también de la programación. "Quiero incluir a grupos de la región y también a los nacionales", subraya el promotor, convencido de que la iniciativa puede funcionar en medio del "ambiente enrarecido" entre otros locales de la ciudad.

A pesar de ello, este gestor cultural, que alternará su trabajo en Mérida con la dirección de la sala, reconoce que la "música en directo no es la panacea" para hacer rentable un negocio y poder pagar a las bandas, por lo que cobrará una entrada, cuyo precio dependerá del artista. Pérez niega cualquier "oportunismo" en la apertura ante el panorama actual de conciertos clandestinos y locales sin licencia para ofrecer actuaciones: "No queremos aprovecharnos. Ha coincidido así en un momento en el que las cosas se han complicado más que nunca".