Tras décadas de espera, Cáceres está más cerca que nunca de disponer de su propia infraestructura aérea. El aeródromo proyectado a la salida de la ciudad, junto a la carretera de Malpartida (N-521), muy cerca del cruce con la Autovía de la Plata, tiene el horizonte despejado tras haber solventado los principales escollos (disponibilidad de terrenos, permiso de Fomento, compatibilidad medioambiental...) y ahora se dará un paso crucial para su definitiva puesta en marcha. Los promotores han diseñado un plan de captación de apoyos y fondos, y comenzarán aplicarlo este mismo mes entre empresas privadas, asociaciones e instituciones, con el fin crear una sociedad que asuma la gestión del proyecto y reunir de 2 a 3 millones de euros, capital necesario para acometer la construcción.

Así lo han confirmado a este diario las fundaciones Cáceres Capital y Valhondo Calaff, responsables del proyecto, que se muestran optimistas respecto a la consecución de los fondos al tratarse de una infraestructura única en la provincia y necesaria para varios sectores: empresas, exportadores, laboratorios, sanidad, congresos, caza, turismo cultural, turismo de naturaleza... "El aeródromo beneficiaría a muchos, y si brindan su apoyo, las aportaciones serán asequibles", explica el responsable de los empresarios de Cáceres Capital, Juan Ramón Civantos. "Además, no hay que disponer inicialmente de toda la inversión, puede acometerse por fases", subraya Fernando Solís, subdelegado del Gobierno en Cáceres y a su vez responsable de Valhondo Calaff, fundación que gestiona la amplia herencia donada a la ciudad por Fernando Valhondo.

Las primeras reuniones se llevarán a cabo estos días con empresarios y responsables de asociaciones y administraciones públicas para exponerles el proyecto, ya ultimado por el consultor contratado al efecto, ingeniero aeronáutico como exige la normativa. El objeto de estos encuentros es detectar "sensibilidades" hacia la iniciativa y proponer la constitución de una sociedad mercantil que asuma la gestión de las instalaciones, a cuyo nombre se presentaría ya la solicitud de autorización definitiva ante la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA), con toda la documentación elaborada. Las dos fundaciones promotoras formarían parte de dicha sociedad.

Los responsables pretenden crear una infraestructura práctica, sostenible, a la medida de lo que Cáceres necesita, en principio sin grandes instalaciones pero sí atractiva y autosuficiente para atraer cada vez más vuelos, más empresas, más turismo, y con posibilidades de ampliarse posteriormente.

"Deberá tener una pista en condiciones, un centro de recepción con cafetería y los servicios necesarios, hangares...", explica Fernando Solís. "La pista oscilará entre 900 y 1.200 metros de longitud, según las posibilidades financieras. Evidentemente la de 1.200 sería más conveniente para Cáceres, al ofrecer mayores posibilidades de transportes de mercancías y viajeros", precisa Juan Ramón Civantos.

EN AÑO Y MEDIO El proyecto marcha a buen ritmo, pese a la dificultad y cantidad de trámites y permiso que entrañan estas infraestructuras. Hace apenas año y medio (febrero 2010), la Fundación Cáceres Capital desveló su propósito de promover un aeródromo al oeste de Cáceres, donde anteriormente también había aconsejado la ubicación del aeropuerto internacional. Meses después, en septiembre, la Fundación Valhondo Calaff anunció la cesión de la finca Marradas y Cintado, de 266 hectáreas, junto al hotel Palacio de Arenales, más cerca incluso que el emplazamiento anterior. La disponibilidad de terrenos supuso el mayor impulso al aeródromo, que en diciembre ya tuvo el visto bueno del Ministerio de Fomento a través de la AESA.

Se trata de un lugar idóneo según los promotores, sin restricciones medioambientales y óptimo para los vuelos (buena orientación), con todos los requisitos aeronáuticos y estratégicos. Está a un paso de la Nacional 521, de la A-66 y del futuro AVE, a poca distancia del centro para facilitar los desplazamientos, pero suficientemente lejos del casco urbano para guardar la seguridad. Así lo afirman los responsables, que han lanzado el proyecto convencidos de que el aeródromo supondrá un acicate importante a la vida cultural, económica, social y deportiva de la provincia de Cáceres.

El estudio de viabilidad y el proyecto están listos. Los promotores también se han reunido con los ecologistas, ya que desde el principio han querido que fuese una iniciativa modélica al respecto, que respetase el entorno. Una vez constituida la sociedad que gestionará el aeródromo con la financiación necesaria, el proyecto entrará en su fase definitiva: presentación ante la AESA y construcción de la instalación.

LA OBRA, CUANTO ANTES El inicio de la obra se viene barajando para el 2012, pero dependerá de la rapidez en la obtención de financiación. "Ojalá pudiésemos comenzar este año, Cáceres lo necesita", señala Fernando Solís.

En realidad, se trata de un proyecto polivalente en el que las fundaciones han integrado a distintas empresas y asociaciones, como por ejemplo el Centro de Cirugía de Mínima Invasión (necesita un rápido transporte nacional e internacional), la Asociación Ornitológica de Monfragüe, la finca Las Golondrinas (donde caza la realeza europea), la empresa Andy Aeronáutica (construcción de ultraligeros), una fábrica de paratrikes (paramotores avanzados), el restaurante Píkola Italia, la empresa Fimer (frío industrial), los laboratorios tecnológicos Lacoex, el Aeroclub de Cáceres (ha tenido que trasladar su escuela a Segovia y Córdoba), la Asociación de Aviación Experimental, el Club de Aeromodelismo, la Escuela Pangea (parapente y paramotor) o el Club de Vuelo Extremadura.