La presidenta de la Protectora de Animales, Juana García, aseguró ayer que este colectivo no pudo actuar en el caso de los gatos muertos de la calle Hornillo, en el casco viejo, al no conocerse la identidad de las personas que llevaron a cabo el envenenamiento.

García, que calificó este hecho de una "gran crueldad", reconoció que se les había expuesto la situación a la asociación por parte de las vecinas, pero que ante la imposibilidad de denunciar a una persona concreta no se pudieron emprender acciones legales contra nadie. De hecho, destacó que la Protectora facilitó gratis la consulta de un veterinario y la práctica de la eutanasia en uno de los animales hallados moribundos.

Como informó ayer este diario, una pequeña colonia de felinos (unos 8) que vivía en las inmediaciones de la calle Hornillo y que varios de los vecinos alimentaban desde hacía años fue exterminada brutalmente con veneno, presuntamente por algún vecino en contra de la presencia de estos animales. García corroboró que la desaparición de estos animales supone un riesgo de aumento de las ratas en la zona.