La ampliación de la zona azul se llevará a efecto, acaso se podría hacer algún ajuste fruto de la negociación, pero es complicado que se pare. Si la subida del agua de 2012, que afectó a más habitantes con incrementos del 50%, no se frenó, menos se hará con el estacionamiento vigilado. La decisión está tomada y es difícil que la manifestación del viernes, pese a que con medio millar de participantes es un éxito en una ciudad poco proclive a salir a la calle, la frene. Habrá protestas, asambleas, firmas..., pero no tiene pinta de que se dé marcha atrás, salvo si a estas acciones se siguen sumando más ciudadanos.

Si se frena el procedimiento será durante el plazo de exposición de los pliegos y por las alegaciones que se puedan presentar, en especial si una vez abiertas las ofertas se produce la exclusión de alguna empresa. Ya pasó con el concurso en vigor cuando por sentencia se readmitió a Aussa, aunque a diferencia de la licitación del agua nada cambió porque Cysex siguió como adjudicataria.

También se podrá paralizar una vez hecha la propuesta de adjudicación con las reclamaciones que se presenten al Tribunal Administrativo Central de Recursos Contractuales o, si hay fundamentos, acudiendo a la vía judicial, que en Cáceres con los precedentes que hay es más efectiva que las protestas.

El estacionamiento controlado hay que cambiarlo. Si su finalidad es que haya rotación, eso a día de hoy no se cumple, ya que a determinadas horas, que coinciden con el horario comercial, no hay aparcamiento en superficie en el centro de la ciudad.

Pero pasar de las entre 800 y 850 plazas de ahora a las 2.070 del nuevo concurso de una sola vez es excesivo, más con un contrato en el que la empresa tiene diez años para amortizar la inversión a la que está obligada. Por el plazo de ejecución del contrato se ha podido hacer una ampliación gradual, viendo antes los efectos que tiene en los bordes de la nueva zona azul, ya que una cosa es que en Cáceres las protestas no cambien las decisiones que adopta el ayuntamiento y otra es provocar estas reacciones con acuerdos como triplicar la zona azul, que fue el primer anuncio que se hizo aunque al final ha quedado en algo más del doble, y aprobar al mismo tiempo una subida de la tarifa del autobús urbano.

El objeto de la ampliación no parece que sea favorecer al párking de Primo de Rivera, y menos si se elimina la limitación de dos horas. No se entendería que fuese así porque la nueva zona azul entra en competencia con el párking, debe garantizar que haya más rotación de plazas en superficie -si no es así, no serviría y entonces sí que habría que replantearse todo- y además seguirá siendo más barato aparcar en superficie que en el subsuelo. Tampoco se entiende que se saque ahora el concurso para estudiar después si se quita el límite de dos horas de aparcamiento, lo normal es hacerlo al revés, primero valorar el efecto que tendría en la rotación quitar esa limitación, decidir si se elimina y luego sacar el concurso.