Protocolo es su lema

Cuando el pasado día 19 llegué al Servicio de Urgencias del Hospital San Pedro de Alcántara de Cáceres, porque había sido avisada de que mi hijo había sufrido una agresión, os podéis imaginar cómo iba ¿verdad? No puedo explicar qué sentimiento invadía todo mi cuerpo, porque no sabía cómo se encontraba. ¿Y sabéis cuál fue mi sorpresa? Los amigos de mi hijo, a los cuales, desde aquí quiero agradecerles enormemente la ayuda que le ofrecieron, estaban más sensibilizados y desconcertados con el modo de actuar del Servicio 112, que con lo que había ocurrido, porque la doctora de Urgencias ya les había dado un diagnóstico y sabían que su vida no corría ningún peligro.

El facultativo que iba esa noche en la ambulancia del 112, y que le atendió tras sufrir la agresión en la calle, se había limitado a hacerle a mi hijo unas preguntas "protocolarias", porque protocolo es su lema. ¡Qué pena! ¿Verdad? Se limitó a decirle que podía tener la nariz partida y que cogiese un taxi si se encontraba peor y se fuese a Urgencias.

¡Queridos míos! Con una fractura el protocolo os obliga a llevarle en ambulancia. ¿Tanto os costaba llevarlo al hospital? ¿Y si en ese momento no tiene dinero para un taxi? (creo que un taxista hubiera actuado con más moralidad y no les hubiese cobrado de darse el caso). Pero en cambio, el facultativo intuía que la nariz podía estar partida y lo dejaron allí.

¡Por favor, tened en cuenta que vuestra misión es salvar vidas! ¡Actuad con más sensibilidad! ¡Pensad que vuestros familiares pueden estar algún día en nuestra situación! Cambiad por favor, cambiad. Este es el reclamo de una madre asustada que afortunadamente hoy está feliz con su hijo, pero pudo no haber sido así.

* La autora del escrito es Pilar Medina Salgado, madre del joven que sufrió rotura de tabique nasal y hemorragia tras una agresión el viernes.