Novedades en el caso Madrila. El pub Submarino, uno de los ocho locales que fueron clausurados por la Audiencia como medida cautelar tras la querella de Cacereños Contra el Ruido, ha solicitado la reapertura al Juzgado de Primera Instancia e Instrucción Número 6 de Cáceres, que lleva el procedimiento. Nueve meses después de que se decretase el cierre, solo Submarino, Machiavello, LaCuerda y LaBele no han conseguido reabrir, objetivo que sí lograron Pasadena y Barroco en junio y Down y Latinos en octubre.

La petición al juez por parte del abogado Angel Luis Aparicio, que se ha hecho cargo de la defensa del Submarino, tuvo entrada en el juzgado el pasado 28 de diciembre. En el escrito, según precisa el letrado, se solicita la reapertura basándose en que el propietario ha llevado a cabo una serie de medidas correctoras, principalmente la instalación de "un limitador del sonido para el control del aparato musical y de los decibelios que pueda emitir, por debajo de las emisiones que permite la ordenanza municipal correspondiente".

ARGUMENTOS En este sentido, Aparicio defendió la reapertura argumentando que el limitador "es suficiente para que el local no emita ruidos por encima de lo permitido", extremo que supone "un cambio y modificación en lo que en su día supuso el cierre del propio local al considerar que infringía la normativa, fundamentado en que no existían una serie de medidas que pudieran evitar esa emisión de ruidos a los viviendas afectadas".

A la espera de las mediciones que encargó el juzgado a la Dirección General de Medio Ambiente de la Junta, a través del Servicio de Protección Ambiental, el abogado del pub precisó que se realizaron sin que el limitador estuviese instalado.

Otros locales como Down y Latinos también disponen de estos equipos, explica su abogado Fernando Rodríguez, que subraya que fueron determinantes para que la Audiencia levantase la medida cautelar en octubre. En ambos casos, tienen que emitir por debajo de los valores a los que le obliga la ley.

UNA CLAVE Este abogado aludió a la importancia de adoptar estas soluciones para que el juez diera luz verde a la reapertura, el mismo objetivo que persigue ahora el Submarino tras haber instalado un limitador de ruido.

Mientras tanto, el procedimiento judicial sigue su curso. Los abogados de los locales contra los que se querellaron los vecinos esperan la documentación del juzgado que remitió el ayuntamiento con la situación de cada pub. Tras su estudio, comenzará la toma de declaraciones en el juzgado de instrucción, que fueron aplazadas el otoño pasado debido precisamente a que aún las partes no habían podido estudiar los informes de la administración municipal.