San Antonio, patrón de los pobres, el amor y las causas perdidas, es sin duda el santo del momento, vista la situación general. Quizás por ello cientos de ciudadanos, más que otros años, quisieron acompañarle ayer en su festividad, que recuperó la tradición del pan de los pobres . Poco antes de la procesión no se cabía en su ermita del barrio judío, de gran encanto, ni en los aledaños.

Los actos ya se celebraban en el siglo XIX. Hoy le siguen poniendo al santo velas y alfileres en el agua bendita para encontrar pareja, incluso notas para aprobar exámenes y oposiciones. La devoción no pierde fuerza. Por ello, la mayordoma y su familia han rescatado el pan de los pobres . "Hemos puesto a la venta 200 bollos y se han acabado en una hora", explicaba sorprendido Santos Benítez. Los beneficios reforzarán los fondos que se destinan a comedores sociales.

La ermita se llenó en la misa de mañana, a la que acudieron miembros de PSOE y PP. Por la tarde partió la procesión con la imagen sobre nuevas andas corridas, un cuidadoso arreglo floral de Sergio Bejarano y los músicos evocando un año más la infancia de San Antonio. El cortejo atravesó enclaves tan coquetos como el Baluarte de los Pozos, el Olivar de las Juderías, Las Candelas y por primera vez Santa Clara a petición de las monjas. Tras la misa en San Mateo se cumplió con todas las costumbres, desde el Redoble al reparto de flores, el beso del cordón y las estampas.