Los pueblos de la provincia recuperarán, a partir de la próxima semana, su cajero automático y su sucursal bancaria. Hace nueve meses que se quedaron sin este servicio, después de que Liberbank cerrara las oficinas que tenía en estas localidades, en total afecta a más de una treintena. Tal y como avanzara este diario será Cajalmendralejo la entidad financiera encargada de devolver este servicio a los pueblos y lo hará a través de un convenio con la Diputación Provincial de Cáceres.

Antes de reabrir las sucursales ha sido necesario llevar a cabo obras de mejora en los locales en los que se ubicarán las oficinas. En la mayoría de los casos se trata del mismo espacio que ocupaban antes las sucursales de Liberbank, pero en otros son espacios nuevos que han necesitado una reforma integral.

Para realizar estas mejoras la institución provincial puso en marcha un programa de subvenciones a las que se podían acoger los municipios. A través de esta línea de ayudas la institución contempla el pago de cuantías que van desde los 5.000 hasta los 10.000 euros. A ellas se adscribieron 40 localidades de la provincia, las mismas que se han interesado en contar con una sucursal de Cajalmendralejo.

Estas obras de mejora ya están finalizadas en la mayoría de los casos. De hecho, tal y como avanzó ayer la presidenta de diputación, Rosario Cordero, «los locales ya están listos y las sucursales podrán abrir en las próximas semanas». En algunos municipios, como el de Aldea del Cano, solo falta que la policía elabore un informe de la seguridad de la zona, necesario para poder abrir la oficina.

«Es una apuesta por evitar la exclusión financiera y por ayudar a evitar el despoblamiento en la provincia. Con el cierre de los cajeros los mayores han dejado de poder cobrar sus pensiones o no pueden sacar dinero», se refirió ayer Rosario Cordero.

SATISFECHOS / También muestra su satisfacción el alcalde de Aldea del Cano y diputado, Miguel Salazar (en este municipio la sucursal abrirá la próxima semana). «Los vecinos están contentos y agradecidos. Hasta ahora teníamos que ir a Cáceres o a Torremocha para hacer gestiones bancarias», indica. Y añade: «cualquier política de lucha contra el despoblamiento debe ir aparejada con el mantenimiento de los servicios».

Según confirmó en septiembre Cajalmendralejo el acuerdo con diputación comenzó a fraguarse en verano, cuando un grupo de alcaldes de la provincia de Cáceres afectados por el cierre de oficinas de Liberbank se dirigieron a Cajalmendralejo y a otras entidades con el objeto de poder seguir contando con una sucursal bancaria en su municipio. Se empezó por una veintena pero, poco a poco, se fue rebasando esta cifra hasta llegar a más de 40 municipios interesados.

Tal y como explicó este diario hay municipios que dispondrán de oficina todos los días, otros en los que se abrirá varios días a la semana y otros en los que tendrá un horario reducido uno o dos días a la semana. Se trata de localidades que, en algún caso, no superan los 200 habitantes pero que, por un principio de corresponsabilidad social, se ha decidido atender. En conjunto, todos los pueblos implicados no alcanzan los 15.000 habitantes. Por ello, el ayuntamiento deberá comprometerse con los gastos de la oficina; por su parte el banco aportará el personal.